Un testigo del ataque en Barcelona: «Conducía haciendo 'eses', atropellando todo lo que podía»

Las personas que presenciaron el suceso se han refugiado en hoteles y restaurantes de la zona

EFE

ABC.ES

El caos se ha apodrado durante horas de Barcelona. El atropello múltiple ocurrido este jueves no solo ha dejado al menos doce muertos y cincuenta heridos, sino que ha afectado a cientos de personas que se encontraban en el centro de la Ciudad Condal al estallar el suceso. Todavía se desconoce la naturaleza del atentado, pero sus consecuencias comienzan a hacer mella en la población.

Óscar Cano es uno de los que «estaba allí». Un taxista que se encontraba al comienzo de la Rambla de Barcelona y que ha declarado a TV3 que el conductor de la furgoneta implicada tenía la intención de causar todo el daño posible. Cano vio cómo la furgoneta blanca se subía al paseo central y comenzaba a «hacer eses atropellando a todo lo que podía» hasta perderla de vista calle abajo.

Lo más «impresionante» para el taxista ha sido ver la Rambla «llena» de gente mientras la furgoneta sembraba el pánico, generando la huida despavorida de los transeúntes. «He visto salir volando a varias personas», ha asegurado Cano.

Las Ramblas es uno de los lugares más turísticos de Barcelona. A los paseantes locales se unen los turistas foráneos. Los puestos ambulantes, a los comercios tradicionales. El atentado ha golpeado una de las arterias más céntricas de Barcelona.

Lourdes Porcar también ha comprobado cómo el horror se apoderaba repentinamente del jolgorio tradicional de la calle. «Estaba junto al Palau de la Virreina y he visto como una furgoneta a toda velocidad iba arrollando a la gente, y ésta escapaba por los lados. Había mucha confusión», explicaba la testigo muy afectada.

Una hora corriendo

Cuando Somé y Osman han intentado describir el suceso, en declaraciones a Efe, únicamente podían hablar de confusión, miedo y consternación. Osman es un joven de Marruecos de 20 años, que se encontraba con unos amigos en Plaza Cataluña, muy cerca de la Rambla, cuando se ha producido el ataque terrorista.

«Estaba comprando tabaco en un estanco y he oído un ruido tremendo. Al salir, he visto a muchas personas en la Rambla, sobre el suelo, sangrando. Un kiosco estaba parcialmente destrozado. No sabía qué hacer y he salido corriendo a través del Raval. Llevo una hora corriendo », ha explicado este joven, ya junto a la estatua de Colón, al final de La Rambla, junto al mar.

Somé es un subsahariano que vive en la calle Hospital y que salía de casa cuando se ha producido el atentado, convirtiéndose en testigo de las escenas de pánico que se han vivido entre los turistas y residentes de la ciudad que paseaban por all í. «He contado al menos cuatro muertos, creo», ha señalado el joven, que aseguraba haber visto también muchos heridos.

Pocos minutos más tarde del suceso han comenzado a llegar las primeras descripciones del terrorista. Un afectado ha señalado, en declaraciones a TVE, que el conductor de la furgoneta era una persona «joven, de pelo castaño y delgado» y en el momento de la agresión tenía «algo en la mano». El testigo no ha podido esclarecer si era un objeto peligroso.

Restaurantes-refugio

Ante la violencia del terrorismo, los locales de la zona se han convertido en auténticos refugios. Un testigo explicaba que se encontraba junto a un grupo de gente, muchos de ellos extranjeros, dentro del Hotel Bagués , que les ha facilitado un lugar para permanecer allí. Una señora aseguraba a Efe Televisión que había visto el primer atropello de la furgoneta. «Era blanca, y he oído muchos gritos y he visto mucha gente corriendo. Me he ido de allí hacia El Corte Inglés porque me he puesto muy nerviosa», ha confesado la afectada.

«Acabábamos de entrar en un restaurante cuando muchísima gente ha entrado de golpe en él, no sabiamos que pasaba. Ha habido mucha confusión. Muchas personas no comprendían el idioma », aseguraba Noelia a TVE.

Ferran Rodríguez, trabajador de la cafetería Viena de La Rambla, ha asegurado que ha permanecido casi 4 horas encerrado en el local, donde se han refugiado numerosos transeúntes, y que ha mantenido bajadas sus persianas por orden policial. Rodríguez ha relatado que ha visto «mucha gente herida y muerta».

«La mayoría de heridos no se podían levantar y había mucha gente ensangrentada tirada en el suelo, mientras la mayoría de gente corría en estampida », ha asegurado el trabajador.

M.A., empleada de uno de los doce restaurantes de una conocida cadena, también ha estado rodeada de multitud de personas durante horas. «Esperamos que los agentes nos confirmen que hay cierta seguridad para comunicarlo a los clientes y que puedan salir de nuestros locales», explicaba.

Dicho y hecho. Pocos minutos después de sus palabras, la Policía ha comenzado a restablecer el orden, lo que ha permitido a las personas escondidas en distintos establecimientos poder salir de estos locales. El Ayuntamiento, por su parte, ha elaborado un dispositivo de psicólogos. El caos ha dejado paso a los temidos recuentos. Se calcula que unos 700 afectados han optado por refugiarse en este tipo de locales durante el suceso. La cifra de muertos, cifrada actualmente en 12 personas, todavía no es definitiva.

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