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Voto de confianza de los sindicatos al nuevo consejero de Educación de Castilla-La Mancha

Page, a Felpeto: «Eres un valor seguro, con un carácter dialogante» y «una gran vocación con el magisterio y la política en mayúsculas»

Toledo Actualizado: Guardar
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Ángel Felpeto Enríquez, el conciliador. El hombre que cae bien a todo el mundo, o casi. A su edad, 68 años, este gallego de Villalba (Lugo) consiguió reunir este viernes una amalgama de personas (más de un centenar) en un salón del Palacio de Fuensalida, sede del Gobierno de Castilla-La Mancha, donde no cupo un alfiler.

Todos escucharon a este avezado profesor ya jubilado jurar su cargo como consejero de Educación, Cultura y Deportes de la región. Luego le brindaron una fuerte ovación de treinta segundos, como la que pudo recibir alguna vez su paisano Alfonso Cela Vieito, «Celita», el único torero gallego en tomar la alternativa, en La Coruña en 1912.

Felpeto, en cambio, es el único chairego (gallego) en el Gobierno de Emiliano García-Page, su amigo, el hombre que «una vez más me has convencido para estar a tu lado», como en el Ayuntamiento de Toledo (2007-2011).

Pero seguramente que los sindicatos de Educación en Castilla-La Mancha no han visto en Felpeto ninguno de los tópicos sobre la idiosincrasia de sus paisanos (la indecisión o la desconfianza, por ejemplo). Porque, si no, es difícil explicar que, a las tres horas de que el nuevo consejero tomó posesión de su cargo, las cinco organizaciones sindicales representantes del profesorado en la región (ANPE, STE-CLM, CCOO, CSIF y FETE-UGT) anunciaron posponer las movilizaciones previstas.

Desbloquear la situación

García-Page ya lo había dicho en su intervención, más extensa que la del consejero, durante el solemne acto. «Es difícil cabrearse con él (Felpeto). Es imposible que alguien intente hablar con él y no lo consiga», dijo de un hombre que fue delegado provincial de Educación y Cultura de Toledo entre 2002 y 2007, y que atesora «una gran vocación con el magisterio y la política en mayúsculas»..

Sin embargo, los sindicatos esperan algo más que una charla. La próxima semana, el consejero se reunirá con ellos para negociar el acuerdo de legislatura en Educación, un pacto que reclaman desde que llegó García-Page al Gobierno regional. «Esperamos que el nuevo consejero sea capaz de desbloquear la situación y podamos comenzar una negociación real para revertir los recortes sufridos y planificar las políticas educativas a llevar a cabo —decían ayer en su comunicado—. Nuestro sistema educativo y su profesorado lo merecen».

Precisamente Felpeto reclamó en su discurso una apuesta «humilde pero real y sincera por un mejor reconocimiento social del trabajo del profesorado». «Me esforzaré —aseguró— en que se respete su trabajo cada día más». Pero también requirió una colaboración «responsable» de las familias con los centros educativos, a la vez que demandó la «mejora de la convivencia», lo que «repercutirá directamente en la mejora de la enseñanza y del aprendizaje».

Esfuerzo, dedicación plena y honestidad. Son los tres principios que acompañarán a Felpeto para cumplir con los objetivos marcados, «sin ningún protagonismo personal» y «con las mismas ganas del último día» en que se dejó su labor política (2011). Y quiere lograr sus propósitos con el diálogo y acuerdos. «No se trata de poner obstáculos, sino de eliminarlos», aseguró. Sabe que es una labor difícil «pero no imposible». Pero para un docente convencido como él «no hay nada más duro y más grato».

Para alcanzar esas metas trabajará con el mismo equipo de Reyes Estévez y no hará cambios. Afirmó que dará la espalda al inmovilismo y pidió a sus colaboradores más cercanos que sigan el sendero que les marcaron sus mayores y maestros: «Dar ejemplo». Con este lema por bandera, luchará también por una escuela inclusiva y el impulso de políticas contra la violencia de género.

En su intervención, el veterano profesor también agradeció el trabajo de la consejera saliente, Reyes Estévez, y recordó unas palabras de su abuelo Ángel que siempre le acompañan: «El que tiene una tienda que la atienda y, si no, que la venda». Aunque él en realidad se ha puesto al frente de una consejería que más que una tienda «es una gran superficie». Y se ha embarcado en esta aventura con el permiso de la familia, a la que igualmente aludió en su discurso, un recuerdo que le quebró la voz cuando citó a sus nietos.

Precisamente en la familia de Felpeto se detuvo García-Page al comienzo de su alocución. «La única que podía cabrearse con el propio Felpeto es su mujer y su familia. Pero he procurado que sea en consenso con su mujer», bromeó.

«Cese machista»

El presidente de la región encargó a su nuevo consejero, un «valor seguro con un caráter dialogante», que alcance un pacto en el que convivan «en armonía» la educación pública y la concertada, pero ajustándose al presupuesto de su departamento.

García-Page también tuvo palabras para Reyes Estévez. El jefe del Gobierno autonómico reveló que la exconsejera llevaba «bastante meses» pidiéndole el relevo por problemas de salud, que le impedían desarrollar su trabajo plenamente, sobre todo desde el aspecto físico tras un accidente que sufrió trabajando. Pero García-Page añadió que no quería prescindir de Reyes Estévez, por lo que esta doctora en Filología Inglesa y licenciada en Filología Germánica continuará ligada al Gobierno como asesora en un proyecto de investigación y desarrollo.

Sin embargo, este relevo provocó también voces discordantes, como la de la portavoz del PP de Castilla-La Mancha, Carmen Riolobos. Criticó el «cese fulminante, vejatorio y machista» de la exconsejera, informó Efe. Tildó a Page de ser un presidente «sin alma y sin sentimientos», ya que Reyes Estévez «estaba de baja por enfermedad». Según Riolobos, este cambio es «la punta del iceberg» de una grave crisis «de un Gobierno achicharrado».

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