La droga llegó impregnada en ropa y en folios blancos
La droga llegó impregnada en ropa y en folios blancos - Guardia Civil

Acepta tres años de prisión por traficar con cocaína desde su locutorio

El procesado ya fue condenado en 1999 a tres años de cárcel por otro delito contra la salud pública

Toledo Actualizado: Guardar
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El dueño de un locutorio en Toledo ha aceptado una pena de tres años de prisión por distribuir cocaína desde su negocio, según ha informado su abogado a los periodistas a la salida de la Audiencia Provincial de Toledo. Es el acuerdo al que han llegado este martes la fiscalía y la defensa de José María Iglesias Gutiérrez, para quien el Ministerio Público pedía nueve años de cárcel.

El procesado, condenado en 1999 a tres años de prisión por otro delito contra la salud pública, fue detenido en 2014 por la Guardia Civil acusado de vender cocaína que le enviaban desde Argentina personas no identificadas. La mercancía le llegaba en paquetes postales al locutorio que regentaba en la calle Carrera, paralela a la muralla norte del casco histórico de Toledo.

La droga iba impregnada en folios blancos y ropa, aunque José María evitaba que los paquetes postales llegaran a su nombre. En cambio, los envíos sí tenían la dirección de su locutorio. Gracias esa pista la Guardia Civil intervino luego a José María 1.656,93 gramos de cocaína. Según la valoración de la fiscalía, esta mercancía podría haberse vendido en el «mercado negro» por 153.866,04 euros, si se hubiesen vendido en dosis, y de 94.083,52 euros, en el caso de haberlo vendido en gramos.

¿Cómo llegaron los agentes hasta el locutorio? El 12 de septiembre de 2014, en la oficina de Correos del aeropuerto de Barajas (Madrid), la Guardia Civil detectó un paquete procedente de Argentina en el que se declaraba que contenía «documentos». Sin embargo, al ser inspeccionado, se descubrieron unos folios con cocaína impregnada. Se iniciaba así la operación «Bisagra».

La Guardia Civil de Toledo se encargó de la entrega del paquete. Un agente de la Unidad Orgánica de Policía Judicial se hizo pasar por empleado de Correos y se presentó en el locutorio preguntando por el destinatario del envío. El dueño del negocio, José María Iglesias Gutiérrez, que contaba entonces con 47 años, dijo que lo conocía y que se hacía cargo del paquete. Tras firmar la hoja de reparto, el hombre fue detenido.

Un guardia civil se hizo pasar por empleado de Correos para llevar el primer paquete con droga al locutorio

Dentro del locutorio, llamado «Azuloe», la Guardia Civil halló una báscula de precisión con restos de cocaína, 1.630 euros en monedas y dos papelinas de cocaína, además de un bote con una bolsa de polvo blanco que también era la misma droga y que pesaba 2,73 gramos.

Los agentes registraron luego el domicilio del detenido, en el cercano municipio de Olías del Rey. Allí localizaron ocho billetes de 500 euros, ocultos cada uno de ellos en una lámpara.

El 18 de septiembre, días después de que fuera detenido José María, el jefe de seguridad de una oficina de Correos en Toledo contactó con el equipo de delincuencia organizada y antidroga de la Guardia Civil de Toledo y les comunicó la llegada de dos paquetes postales de similares características con la dirección del locutorio y procedentes de Argentina. En efecto, los paquetes contenían cada uno 44 y 48 folios con cocaína impregnada.

Cinco días más tarde, llegó otro paquete postal para el detenido. En ese caso, contenía ropa infantil y una bolsa transparente con una falda de color rojo, en cuyo forro también se detectó cocaína.

En total, la Guardia Civil intervino 1.656,93 gramos de cocaína en los cuatro paquetes postales enviados al dueño del locutorio «Azuloe» en nueve días.

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