Tres momentos de la Historia de España y de Toledo

La última vez que hablé con José Miranda Calvo fue a comienzos de este año 2017. En la conversación me dejó un comentario que interpreté más que como el cierre de una vida intelectual, como un deseo. Alguien -pensé- tendría que escribir sobre los esfuerzos e inquietudes de un hombre que amó la Historia desde su profesión de militar. Pero la cuestión era si tenía razón en lo que expresó o no. «He escrito -dijo- sobre los tres momentos más definitorios de la Historia de Toledo». Y de España, añadí yo mentalmente, en bastantes etapas no se puede separar una de otra. Esos tres momentos son: el reino visigodo y su traumática debacle final, las guerras de las Comunidades y la guerra de resistencia contra la invasión francesa.

Tres momentos culminantes, tres guerras definitivas, tres acciones en siglos que moldearon la España actual. Tres investigaciones históricas de un mismo hombre.

El mensaje, que entendí, de recapitulación me obligó a pensar si la afirmación de Miranda era cierta. Tal vez fuera una expresión pretenciosa. Tal vez el orgullo del erudito local que cree haber descubierto las claves invisibles de la Historia. Tal vez la inmodestia de quien ha realizado un esfuerzo ímprobo. Pero con el paso del tiempo el comentario adquiría cuerpo y más verosimilitud. No parecía un sueño de la razón, al estilo de Goya. Y ninguno de los «tal vez» manejados encajaba. Así que, después de algunas dudas y diversas lecturas, he llegado a la conclusión de que las afirmaciones de José Miranda Calvo no respondían a la exageración, ni a la vanidad, ni a la satisfacción egocéntrica de haber escrito sobre tres momentos estratégicos de la Historia de España. Ah, y de Toledo. Los tres momentos representan en la desnudez de los documentos históricos el nacimiento de un nuevo mundo con un nuevo orden y con unas nuevas propuestas de valores y principios. Es fácil apreciarlo en el final del reino visigodo y la aparición de pueblos de África y de Oriente. Tras la derrota de los visigodos surgieron otras formas de civilización en Europa. Más difícil es percibir esa transformación tectónica en las derrotas de los Comuneros. Es un asunto que apenas ha superado los estadios de la ideologización que trivializaron aquellos acontecimientos. La victoria de los Comunidades y la derrota de Carlos I hubiera originado un mundo distinto y un imperio diferente. Resta la invasión francesa y la resistencia contra el invasor. Aún más ideologizados aquellos sucesos que los anteriores y, en consecuencia, más banalizados. La derrota de Napoleón o su triunfo hubieran alumbrado una España impensable. Los tres momentos fueron decisivos en el ser actual España y en lo que pudo haber sido. Tenía razón José Miranda Calvo. Había escrito sobre tres momentos que construyeron la Historia de España y, por ende, de Toledo.