Rufián, a Rajoy: «Fueron ustedes quienes rompieron la soberanía nacional»

La sesión de investidura ha servido una vez más a Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) como escenario para teatralizar una nueva parafernalia independentista. La formación no se apea del argumentario del soberanismo, el mismo que utilizó Joan Tardà en la primera votación de investidura celebrada el pasado martes, y que, esta vez, su compañero de partido, Gabriel Rufián, ha acentuado. El diputado de ERC se estrenó en la Cámara en el pasado debate de investidura, cuando era Sánchez en encargado de sumar votos para formar Gobierno.

Rufián, activista del indepentismo catalán desde hace años, ha subido en quinto lugar a la tribuna portando un mapa que ha enseñado al hemiciclo en el que se podía ver una España partida en dos.

Con él, ha iniciado su discurso asegurando que existen «dos países diferentes que votan de manera diferente». Así, Rufián ha fundamentado su intervención en lanzar preguntas, sin respuesta, a la bancada popular que no han sido otra cosa que un ataque al discurso, y proyecto de Gobierno, del candidato del PP acordado con Ciudadanos, formación a la que se refirió como «marca blanca del PP».

El motivo de la embestida han sido los puntos del acuerdo entre PP y C's en los que se aborda la materia educativa. Una apuesta del partido de Albert Rivera, que aboga por rediseñar la educación nacional e incluir el inglés como segunda lengua para así conseguir el bilingüismo y el trilingüismo en el país. «¿Por qué los niños catalanes tienen que estudiar matemáticas en castellano?», se ha preguntado.

En este sentido, también ha dirigido reproches a Mariano Rajoy: «Los niños catalanes hablan dos idiomas, un idiomas más que usted», y de nuevo ha vuelto a las cuestiones, «¿por qué tienen que dejar de hacerlo?». Para el diputado de ERC, es una «vergüenza» que los hijos y nietos de migrantes no puedan aprender la lengua del «país que les acogió».

Rajoy o «la urna en Cataluña»

De cara a las terceras elecciones, que, de no conseguir formar Gobierno antes del 1 de noviembre, fecha límite para que el Rey Don Felipe disuelva de nuevo las Cortes, se celebrarían en fechas cercanas a Navidad, ha tendido la mano a Pedro Sánchez. Para contar con el apoyo de los independentistas, el líder socialista tendría que dar luz verde al proceso separatista. Rufián ha lamentado que Sánchez sea capaz de «renunciar a la gobernabilidad de su país por no dar voz al nuestro»: ¿cuánto más va a preferir a Rajoy que una urna en Cataluña?».

Las últimas palabras de su alegato las ha dirigido a Iglesias y Doménech, a los que ha tildado de «compañeros». El diputado de Esquerra ha invitado a ambos a soñar con un país con «un PP residual». Y ha ido más lejos, Rufián ha imaginado desde la tribuna, ante el estupor de los diputados del resto de partidos, un país en el que pueda llevarse a cabo un proceso constituyente en favor «de una tercera república». Aunque según sus palabras, «ese país ya existe, y se llama Cataluña».