El PSOE y Podemos pugnan por la bandera sindical

La pugna entre el PSOE y Podemos por ocupar el espacio político de la izquierda española es cada vez más clara. Desde la victoria de Pedro Sánchez en las primarias socialistas y su elección como secretario general, el objetivo ha sido recuperar parte de ese espectro político que Podemos había ocupado restándole votos al principal partido de la izquierda desde finales de los setenta. Y uno de los pasos para lograrlo parece pasar por arrogarse la bandera del sindicalismo.

Este jueves, una delegación ejecutiva de Podemos encabezada por su secetario general, Pablo Iglesias, se reúne con una delegación de CCOO, liderada por Unai Sordo, el nuevo secretario general del sindicato, para analizar la situación social y económica del país.

El encuentro se produce tan solo un día después de que Sordo hiciera lo propio con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y su equipo. La estrategia de acercar posturas con los sindicatos forma parte de esa pugna general por la izquierda, cuyas aristas están presentes en otros ámbitos, como en los discursos de ambos partidos y en las medidas propuestas en el Congreso de los Diputados.

Ha sido Sánchez el primero en reunirse con Sordo, que sustituyó a Ignacio Fernández Toxo a finales del pasado junio. También fue el primero en mostrar cercanía con los sindicatos. De esta manera, tras ganar las primarias, Sánchez invitó a UGT y CC.OO. al 39 Congreso Federal de su partido, siendo la primera formación que da protagonismo a organizaciones sindicales en uno de sus cónclaves. El pasado junio, el secretario general volvió a tener un encuentro con las ejecutivas de los dos sindicatos en Ferraz para explicarles su estrategia de oposición al Gobierno de Rajoy.

En el PSOE son conscientes de que una parte de sus votos provienen precisamente de este ámbito, así como del deterioro de las relaciones con los sindicatos después de la gestión del Ejecutivo de Zapatero. Días antes de la reunión en Ferraz, CC.OO. y UGT habían acordado apoyar públicamente la moción de censura fallida que Pablo Iglesias le presentó a Rajoy. Ya antes de alzarse con la Secretaría General, el equipo de Sánchez incluyó en su programa de primarias la necesidad de una alianza estratégica que recuperase la buena relación de los socialistas con los sindicatos.

«Para cambiar el modelo económico y social neoliberal será necesario potenciar las interlocuciones y las alianzas con las organizaciones de los trabajadores y con los sectores de la sociedad que impulsan políticas de progreso. Por lo tanto, especial importancia deberán tener las relaciones del PSOE con los sindicatos, y en particular con su organización hermana histórica, la Unión General de Trabajadores, y también con Comisiones Obreras», rezaba el texto de los sanchistas.

Mientras en el PSOE la pugna por la bandera sindical viene tras la victoria de Sánchez, en Podemos se establece tras ganar Iglesias las primarias en su propio partido frente a los postulados errejonistas. En este sentido, el giro de los populistas se traduce en una vuelta a las dinámicas y los símbolos de la izquierda clásica española, que tiene como uno de sus principales activos precisamente a las organizaciones sindicales.