Operación contra el yihadismo en la Cañada Real
Operación contra el yihadismo en la Cañada Real - EFE

Prisión para los tres yihadistas detenidos en Madrid que planeaban atentar en España

El juez explica que formaban parte de «una red yihadista radical operativa en España y disponible para atentar»

Madrid Actualizado: Guardar
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El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu ha enviado a prisión preventiva, comunicada y sin condiciones, a los tres supuestos yihadistas detenidos en Madrid que tenían planes de atentar en España de forma inminente, según el Ministerio del Interior. El magistrado asegura que los tres encarcelados, de origen marroquí, «formarían parte de una red yihadista radical operativa en España y disponible para cometer atentados terroristas», según las investigaciones.

Los tres arrestados, a los que el juez les atribuye el delito de participación activa en organización terrorista o de realización de actividades de captación y adoctrinamiento para incitar a incorporarse a organización terrorista, según informaron fuentes jurídicas, estaban disponibles también para cumplir un extenso catálogo de actividades complementarias «que igualmente sustentan la estrategia global» de la organización terrorista autodenominada Estado Islámico, o Daesh.

La célula yihadista estaría liderada por el individuo Yassin El Mouravet, quien según el Ministerio del Interior tendría hilo directo con el Estado Islámico en Siria. Los otros dos encarcelados, los que serían los ejecutores de la acción terrorista, son Abdessadek Essalhi y Walid Oudra. Dos de ellos fueron detenidos en el poblado chabolista de la Cañada Real, en Madrid, y el tercero en el barrio madrileño de Vallecas.

El dirigente de esta célula yihadista, El Mourabet, disponía de importantes relaciones con miembros del Daesh a través de las redes sociales, según relata la resolución judicial. En su perfil de Facebook, donde además difundía símbolos y representaciones relacionados con el grupo terrorista, era amigo de diversos combatientes de Estado Islámico, que pretende instaurar un Califato único desde Siria.

El juez expresa que era así «un activador de los medios que la organización terrorista Daesh dispone» a través de la red. El Mourabet, además, bajó un escalón para compartir sus ideas y formación religiosa con el segundo eslabón de la red yihadista, Essalhi, con quien se dedicó a buscar candidatos a los que radicalizar. Ambos fabricaron «improvisadas mezquitas» en el poblado chavolista de la Cañada Real.

Esta labor de captación culminó con la influencia que Essalhi ejerció sobre Walid Oudra, el tercer yihadista, un individuo de 26 años que sufrió un claro proceso de radicalización tutelado por el primero. Oudra, quien rompió con su novia, perdió su trabajo y abandonó a sus antiguos conocidos, que bebían alcohol, generó «una intensa dependencia psicológica de su consejero». En conversaciones telefónicas con Essalhi, Oudra reconoce que «antes solo se juntaba con personas influidas por el demonio». Pasaba la mayor parte del tiempo encerrado en su domicilio sin relacionarse con nadie, «completando la formación ideológica radical» impartida por Essalhi.

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