Colau rechaza crear una concejalía de Seguridad apoyada en el PSC y la CUP

El pleno en el que se cumplía el primer año de mandato, el mismo en el que Ada Colau se presentaba por primera vez acompañada en el gobierno por el PSC, fue también el pleno en el que se evidenció, de nuevo, su soledad y aislamiento. Los disturbios en el barrio de Gracia tras el desalojo de un local okupa pusieron de manifiesto la incómoda postura de la alcaldesa, obligada a hacer equilibrios entre unos y otros, condenando por un lado los incidentes de las últimas noches a la vez que exigía a los Mossos d’Esquadra «proporcionalidad» en su actuación.

Las consideraciones de Colau fueron duramente criticadas por los partidos de la oposición, a derecha e izquierda. CiU, Ciudadanos y PP lamentaron que la alcaldesa aliente a los violentos poniendo en duda el papel de la Policía, una Policía por otra parte a la que su ahora socio de coalición, el PSC, también defendió sin matices.

Su jefe de filas y nuevo segundo teniente de alcalde municipal, el socialista Jaume Collboni, expresó en este sentido su apoyo «explícito y sin ambages» a la Guardia Urbana y a los Mossos, un reconocimiento, en contraste, que obvió la alcaldesa Colau.

La distinta posición de PSC y BComú respecto a la actuación policial no hizo sin embargo que el desmarcaje socialista fuese más allá. El PSC se alineó con su socia de coalición, además de la CUP, a la hora de rechazar la propuesta de crear una concejalía específica de Seguridad -ahora en manos de Colau- que había pedido el popular Alberto Fernández, petición que se aprobó con los votos del PP, CiU y ERC.

En el otro extremo, la CUP denunció de nuevo la «brutalidad» policial. Su edil Josep Garganté se presentó en el pleno con una camiseta con la cara de Colau y las siglas ACAB -Ada Colau Alcaldesa de Barcelona-, unas letras que se acostumbran a identificar con la frase «All Cops Are Bastards» -«Todos los policías son unos bastardos»-.

Mientras, en Gracia los okupas han convocado para hoy una nueva manifestación y anunciaron su intención de regresar al local «desokupado». «El conflicto terminará cuando podamos volver a entrar», amenazaron los okupas en un comunicado.