El 40 por ciento de las víctimas por violencia de género en 2016 tenía interpuesta una denuncia

Diversos factores influyen para que las medidas de protección no sean suficientes, aunque sin hacer pública la violencia, no hay posibilidad de defensa

Madrid Actualizado: Guardar
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El 40 por ciento de las mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas en 2016 tenía interpuesta una denuncia. Es decir, en 12 casos de 28 muertes, según las cifras del Gobierno. El dato más alto desde que se registra esta estadística, cuya media de la última década está en el 25 por ciento. Sin embargo, Enrique Echeburua, catedrático de Psicología Clínica y experto en violencia de género, matiza que son datos provisionales, por lo que habrá que esperar a final de 2016 para saber si hay o no cambio de tendencia.

En los últimos años se han llevado a cabo campañas de concienciación, se ha puesto en marcha teléfonos de ayuda a las víctimas (016) y actualmente el número de denuncias totales se mueve en torno a las 130 mil anuales.

Luego hay que cribarlas, investigarlas y evaluarlas a nivel judicial, policial y desde las Unidades de Valoración Forense Integral (UVFI), que son las que elaboran un informe sobre los riesgos de violencia según los protocolos de cada comunidad.

«Hay que afinar la evaluación de las circunstancias», reconoce Echeburua, uno de los autores de la escala de Predicción del Riesgo de Violencia Grave que utiliza la Ertzaintza. Según el experto, aunque los elementos de predicción han mejorado, hay que seguir trabajando. La peligrosidad del agresor, con elementos como el grado de dependencia emocional de la víctimas, el consumo de alcohol o drogas, si había denuncias por violencia previa o si no ha asimilado la ruptura son algunas de ellas. Pero también hay que sondear a la víctima: si tiene apoyo familiar, si está aislada emocionalmente, si tiene capacidad de coto contra el agresor.

Estos informes evalúan el riesgo de un momento determinado, pero es imprescindible continuarlos con un seguimiento. «En este tipo de violencia, no hay que ver la foto, sino la película», cuanta Echeburua, quien reconoce que el seguimiento «es mejorable» y el riesgo es dinámico, no estático. «Las UVFI a veces se quejan de los medios a su disposición: tienen una gran presión asistencial pero no pueden hacer un seguimiento exhaustivo».

Riesgo variable

Según el experto, aunque la amenaza, en el momento de la evaluación, sea baja, puede cambiar por las circunstancias pocos meses después, especialmente en el primer año tras la denuncia. Por ejemplo, si la víctima tiene una pareja nueva, podría desencadenar un sentimiento de humillación en el agresor y la planificación de una venganza. Pero los protocolos se están mejorando. «Hace años, al principio a muchas mujeres no le recomendaba la denuncia [por los riesgos], pero ahora la sociedad ha cambiado».

En cambio, otras veces el problema llega cuando la víctima presenta un «comportamiento equívoco» tras poner la denuncia. «El agresor no es agresor las 24 horas del día, suele ser el padre de unos hijos comunes, muestra arrepentimiento…», explica Echeburua. Estos factores pueden hacer que la mujer «baje la guardia» y permita que se rompan los elementos de protección, como una orden de alejamiento o incluso retire la denuncia… una situación que nunca permitiría con un agresor desconocido.

Sin denuncia no hay protección

Aun así, cada año hay más de un 70 por ciento de mujeres muertas de las que no se sabía que estaban en peligro. Es el caso de la última víctima que recogen las estadísticas: una mujer de 32 años que fue rociada de gasolina y quemada por su marido en Alcúdia (Mallorca). «No se pueden poner las medidas de protección adecuadas si no hay una denuncia», explica Echeburua. Por eso, insiste en que lo primordial es que las mujeres busquen ayuda, en qe hagan pública la violencia e insistir en el ámbito educativo. También destaca que familia, amigos o vecinos pueden denunciar, una opción que, actualmente, no supone ni el dos por ciento de las denuncias que constan en los casos en los que la mujer fue asesinada.

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