El comisario Villarejo usa un diario digital controlado por él para atacar a sus enemigos

José Manuel Villarejo, el comisario acusado de chantaje y extorsión por el presidente de la Comunidad de Madrid por su actuación en el caso del ático de Marbella, participa en un diario digital que ha cargado estos últimos días contra policías, instituciones y periodistas que han perjudicado sus intereses.

La mujer de Villarejo, la periodista Gemma Isabel García Garcés, está detrás de la web informacionsensible.com, el medio que en el año 2012 lanzaron varios periodistas especializados en tribunales e Interior, según «El País».

La página es propiedad de la sociedad Sensible Code SL, controlada, desde finales de 2014, por el entorno del comisario. La web ha informado de casos como el del «pequeño Nicolás» o el incidente de tráfico de Esperanza Aguirre.

Y, en los últimos días, al caso que afecta al propio José Manuel Villarejo.

Así, el pasado lunes, en un editorial titulado «Las claves de la campaña contra el comisario Villarejo», criticaba los «bulos, rumores, medias verdades y mentiras interesadas» que se han publicado en contra de los intereses del policía.

El artículo asegura que Villarejo ha realizado durante más de veinte años «unas labores discretas y reservadas como agente encubierto, con una red de colaboradores infiltrada por todo el mundo y aportando información de los delitos más graves. Y lamenta que su identidad, y la de los miembros de su familia, haya sido revelada.

El editorial, además, denuncia que otros policías «falsifican pruebas», acusa al CNI de perder dinero procedente de «fondos reservados». Y acusa a Javier Ayuso, antiguo responsable de comunicación de la Casa el Rey y ahora periodista de «El País», de ser un «emisario del CNI». «Hay Comisarios que no desfallecen afortunadamente para la ciudadanía», concluye.

«Agente encubierto»

En otro editorial publicado ayer jueves, informacionsensible.com cita «fuentes próximas al comisario» para acusar a Ayuso de «publicar en portada una información basada en meras sospechas». El medio se pregunta qué garantías tiene Villarejo «cuando una parte de su Gobierno filtra a un periodista datos que ponen en riesgo a él, a su familia y al equipo de colaboradores repartidos en todo el mundo».

El comisario Villarejo ha pasado de ser una sombra a acaparar portadas por casos como el del «pequeño Nicolás», el ático de González o su vinculación con una docena de sociedades que tienen un capital de 16 millones.

El comisario se reincorporó a la Policía en 1993, tras diez años en excedencia y llamado por el entonces ministro socialista José Luis Corcuera. En la década anterior, el ahora comisario adscrito a la Dirección Adjunta Operativa creó su estructura empresarial y ganó dinero investigando fraudes a compañías de seguros y haciendo periciales oficiales con una empresa de tecnología digital. A partir de entonces asegura trabajar como «agente encubierto» utilizando parte de sus empresas para procurarse coberturas con la autorización y el consentimiento de los sucesivos gobiernos para los que ha seguido trabajando.

Enfrentamiento con González

En noviembre de 2011, Villarejo y otro comisario de la Policía se reunieron con el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, en una cafetería de la Puerta del Sol de Madrid. En el encuentro, según una grabación hecha pública, se escucha cómo Villarejo se define ante el político como un «agente encubierto».

Las actuaciones de este comisario local se investigan desde hace dos años en el Juzgado número 47 de Madrid tras una denuncia presentada por el propio Ignacio González. Pese a que el comisario de Marbella reportaba directamente a Villarejo sobre sus pesquisas, el comisario ha mantenido todo este tiempo su puesto en la Dirección Adjunta Operativa de la Policía.

Tras estas acusaciones, el comisario Villarejo respondió presentando una denuncia contra el presidente de la Comunidad de Madrid. En esa denuncia, entre otras cosas, el alto mando de la Policía decía que acudió a la cita con el político tras solicitar autorización a sus superiores a los que, según sostiene, posteriormente informó de lo que habían hablado.