Vista de la urbanización Alhambra del Golf, en Estepona, donde tiene su ático Ignacio González
Vista de la urbanización Alhambra del Golf, en Estepona, donde tiene su ático Ignacio González - EFE
Contradicciones en la investigación sobre el ático

«Yo pedí la cita a Ignacio González»

Uno de los comisarios que se reunió con el presidente de Madrid aclara a ABC cómo fue

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«La cita se la propuse yo a Ignacio González, al que conozco hace mucho tiempo. Le dije que le quería presentar a un compañero por la investigación que había abierta sobre él y de la que ya estaba al tanto por otras fuentes». Son palabras de Enrique García Castaño, uno de los dos comisarios que se reunieron con el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, el 29 de noviembre de 2011 en una cafetería madrileña para tratar sobre su ático de Estepona, en ese momento alquilado.

La reunión ha trascendido más de tres años después, en plena carrera de candidatos populares e incertidumbre ante esos nombramientos. González habla de «cacería informativa» y acusa a los dos policías de «chantaje».

La trastienda de la reunión, en boca de cada uno de los protagonistas, no tiene desperdicio; tampoco la convulsión que ha provocado al conocerse.

«Le solicité el encuentro porque me lo pidió Villarejo (el otro comisario asistente a la cita) para hacerle algunas preguntas sobre el ático que tenía alquilado y cuya compra estaba investigando la UDEF. Por supuesto, el director estaba al tanto» -se refiere García Castaño al anterior «número 2» de la Policía, Miguel Ángel Fernández Chico, ya fallecido-.

«Me enteré por la prensa»

Ignacio González ha confirmado a ABC esta primera parte de forma íntegra; también coincide con este policía en que había personal de su Gabinete en la cafetería algo que niega Villarejo que ha ironizado en su denuncia sobre ese personal invisible. A partir de aquí surgen las diferencias entre las versiones de unos y otros. «Durante la conversación, Pepe (José Manuel Villarejo) le preguntó a Ignacio si pagaba alquiler todos los meses y si le podía facilitar un recibo porque eso ayudaría a aclarar muchas dudas» -continúa García Castaño- «y en ese momento el buen tono terminó». González respondió airado, según esta versión, y les emplazó a las acciones encomendadas a su equipo jurídico. La investigación había arrancado tres meses antes. Fue el final de la reunión. El presidente y García Castaño sostienen que nunca se volvieron a encontrar los tres.

Villarejo, en el equipo asesor del director adjunto operativo, cargo que ha mantenido con el PP, realizó una nota informativa sobre la cita y la entregó a su superior. «Yo no tenía ni idea de que la reunión había quedado por escrito. Me enteré cuando la vi publicada», argumenta Castaño, un histórico en la Comisaría General de Información de la Policía. Y aunque no carga las tintas muestra su incomodidad por no haber sido puesto al corriente de esa delicada nota.

El lunes, cuando trascendió la noticia en «El Mundo» sin los nombres de los comisarios, García Castaño descolgó el teléfono y autorizó al presidente madrileño a contar que él era uno de los dos asistentes. Tal vez González habría actuado igual sin ese consentimiento de su interlocutor, pero lo cierto es que hubo autorización expresa, un detalle que también ha confirmado González a ABC.

La sorpresa llegó durante la rueda de prensa del presidente: «El señor Villarejo me informó de que había actuaciones policiales en relación a un ático y que si le facilitaba el precio del alquiler podría evitar que estas actuaciones vieran la luz (...) Yo no caí en el chantaje que lo que pretendía era cubrir la actuación policial que luego se demostró ilegal». «Me dolió que me acusara de chantaje. Eso es falso. Nunca le dijimos que eso no vería la luz», insiste García Castaño.

Denuncias cruzadas

Él está dolido. Villarejo echa espuma. Horas después denunció al presiente madrileño ante el TSJ de Madrid y no solo negó el supuesto chantaje, sino que además involucró al presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, en la operación de compra del ático malagueño. En esa denuncia el todopoderoso comisario confirma que estuvo autorizado por sus superiores y que el interés de González se centró en saber qué personas habían vinculado esa vivienda con operaciones investigadas en «Gürtel» y en que los datos no trascendieran.

La «cita secreta» con los comisarios ha revolucionado al PP y afilado el colmillo de los contrincantes. Sin embargo, ha causado estupor incluso a uno de los participantes que constara por escrito. Pero no solo eso. La nota informativa, escrita de puño y letra de Villarejo, figura desde hace meses en el Juzgado número 47 de Madrid, cuyo titular es Adolfo Carretero, como parte del procedimiento que se sigue contra el también comisario Agapito Hermés de Dios. Este policía, jefe de la comisaría de Marbella, fue el encargado de la investigación del ático y se le relevó de su cargo a principios de 2012 tras desaparecer de su despacho una carpeta con las notas informativas del caso. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, calificó de «ilegal» dicha investigación pese a que contaba con la autorización de su antecesor.

Parón judicial

Ignacio González denunció a Hermes de Dios -en ese Juzgado se investigó también el caso de espionaje en el PP madrileño- y el comisario permanece imputado. La nota donde se detalla la reunión entre el presidente, Villarejo y García Castaño, consta en ese procedimiento que sigue abierto y sin avances, exactamente igual que el del Juzgado número 5 de Estepona al que el Tribunal Supremo devolvió las pesquisas sobre el origen de los fondos con que se compró el dúplex de lujo (adquirido por González en 2012). No hay imputados y se está a la espera de que lleguen comisiones rogatorias internacionales.

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