Pablo Iglesias, líder de Podemos
Pablo Iglesias, líder de Podemos - AFP

La revista de Alfonso Guerra dice que Podemos usa técnicas nazis y estalinistas

Asegura que la formación de Pablo Iglesias es un riesgo para la democracia, como la ruptura del consenso electoral, la marginalización de los Parlamentos y la corrupción

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«Temas para el debate», la revista que preside el exdirigente socialista Alfonso Guerra, advierte en su último número de que Podemos encarna un «populismo oportunista» que pone la democracia española «en riesgo de regresión» y utiliza estrategias de comunicación y argumentación similares a las empleadas por fascistas y estalinistas.

El editorial incluye los populismos que «se alimentan del catastrofismo y anatemizan a la política» entre uno de los factores que afectan actualmente a la calidad de la democracia en España. Según se indica, el partido de Pablo Iglesias representa «un ultraizquierdismo que puede arruinar la economía» y también «pone en riesgo la democracia porque deslegitima la Constitución y amenaza con destruir el modelo de convivencia democrática y pacífica».

El director de 'Temas', José Félix Tezanos, dice en uno de los artículos de la revista —cuyo último número está dedicado a los Riesgos de regresión democrática— que el auge de Podemos

responde a que en tiempos de «confusión y crisis» tienden a surgir «enfoques simplistas, demagógicos y bipolarizadores». Ve en los populismos, ya sean de izquierdas o de derechas, una renuncia a «entrar en debates sobre ideas y propuestas bien fundadas y concretadas». «El peligro que existe cuando en una sociedad se entra por la senda del populismo simplificador y la bipolarización extrema» es «que cundan las retóricas emocionales, unidireccionales e incluso uninominales», afirma Tezanos.

Patrones doctrinarios de propaganda

Sobre las estrategias de comunicación de Podemos, indica que «imitan los patrones doctrinarios de propaganda» de «los demagogos de los años 30», aunque ahora haciendo uso de las nuevas tecnologías y los medios de comunicación. «El lenguaje, las formas de argumentar y hasta los criterios actuales de rotular y denominar» recuerdan a «lo que implementaron en los años 30 del siglo pasado los fascistas y los estalinistas», añade.

Tezanos aprecia esas similitudes en la pretensión de «aprovecharse de los malestares, temores e incertidumbres» de la sociedad para aglutinar adhesiones en torno a conceptos y propuestas «de afirmación firme y radical», así como en el uso de expresiones como «Podemos» o «Ganemos», que no implican «ningún proyecto político concreto racionalmente identificable» pero logran «recoger la sensación de impotencia» de muchas personas.

«Algunos lo que pretendían —y pretenden ahora— era —es— imponer el poder movilizador del pueblo, la voluntad de las masas, la voz unívoca de la gente», concluye el director de la publicación, que ve en esto «una regresión democrática en toda línea».

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