Pablo Iglesias el pasado lunes en el Congreso
Pablo Iglesias el pasado lunes en el Congreso - AFP

Unidos Podemos busca superar con Garzón la mala imagen de Iglesias

El líder de Podemos está realizando una campaña de muy poca exposición, tratando de minimizar errores y buscando una moderación discursiva que ha llevado a la formación a otorgar incluso más peso en campaña a Íñigo Errejón.

Barcelona Actualizado: Guardar
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Nunca antes el candidato a la presidencia de un partido había pasado tan de puntillas por la campaña electoral. Podemos, que arrancó su vida política plasmando la cara de Pablo Iglesias en la papeleta de las elecciones europeas de 2014 ha optado ahora por la estrategia opuesta y ha «escondido» a su líder en una campaña en la que apenas ha aparecido en seis mítines. Se ha concentrado en las apariciones en televisión, pero éstas tampoco han sido superiores a las que han mantenido sus tres principales rivales en campaña.

Desde la dirección de campaña de Unidos Podemos reconocen que se trata de una decisión «meditada» que Iglesias «aceptó», y reconocen el objetivo de potenciar la imagen de Alberto Garzón e Íñigo Errejón, percibido de forma «más amable por una parte del electorado».

Pero frente a quienes ven en esta estrategia algo negativo, en tanto que traslada la sensación de que el candidato se esconde, ellos presentan la otra óptica: «El proyecto es más fuerte si depende menos de una sola persona», y consideran que ese punto es el que no ha logrado conseguir todavía Ciudadanos.

«Ellos son conscientes de que Iglesias da miedo», señala Narciso Michavila, presidente de GAD3, que destaca cómo en muchas zonas, especialmente en Madrid capital, es el rostro de Alberto Garzón el que se publicita más. «La calle es de Alberto y el plató de televisión es de Pablo», resume. Michavila destaca que Garzón está mucho mejor valorado, y que pese a representar a una fuerza muy escorada «tiene es toque amable» que Iglesias no logra proyectar.

Como se vio en el debate a cuatro, Iglesias ha optado por un tono tranquilo y contenido esta campaña, que suena ciertamente impostado si se compara con su actitud estos meses o en la campaña del 20-D. «Pablo Iglesias tiene muy mala valoración», recuerda Michavila, que explica el contrapeso de Errejón en que el partido intenta plasmar que «cuanto menos se visualice que las riendas las tiene Iglesias, mejor».

Iván Redondo, consultor político de Redondo & Asociados, define la estrategia del líder de Unidos Podemos como «una campaña de contención». Su análisis dibuja a dos Pablo Iglesias: el león y el león enjaulado: «Su potencialidad es tan grande que a veces no la controla. Tiene que tener mucho cuidado porque un Pablo en su potencialidad podría dar mucho miedo».

Redondo destaca que la sobreexposición ha provocado «mucho desgaste» en la imagen de Iglesias y que en Podemos son conscientes de que necesitan reposicionarle para que se convierta «en un Pablo presidente que ahora no existe». «Él gobierna la escena, el relato, pero no le veo en esa madurez de construir Gobierno», indica Redondo

Considera que la decisión de Unidos Podemos ha sido acertada porque la campaña está girando efectivamente sobre ellos. Y que en ese contexto había que «minimizar» los riesgos que corrían con Iglesias al que sus rivales «le van a buscar la boca», resume llanamente. «Él se ve gobernando la escena muy por encima del resto, y eso puede ser un error», que cree que un Pablo Iglesias como el de la campaña del 20-D habría tenido muchos problemas.

El remedio a todo eso lo encuentran los populistas en Íñigo Errejón. «Maquivaelo nos habla del león y el zorro». Lo segundo sería el número dos de la formación, capaz de sostener una campaña en la que su líder ha estado a medio gas: «Alfonso Guerra llenaba como llena Íñigo Errejón. Su modelo de partido es el PSOE de los 80. Están promocionando su propio clan de la tortilla», indica antes de recordar a figuras con mucho tirón mediático como Echenique, Oltra o Colau.

Pero volviendo al papel de Errejón, Redondo lo define como «el soft power», capaz de construir un discurso «más racional», que se permite en sus mítines apelar no solo a gente que ha votado al PSOE, si no también al PP. «Por eso él plantea temas como el pacto intergeneracional. Gracias a que Iñigo Errejón ha tenido más peso se ha conseguido evitar que exista tensión y crispación en una campaña llamada a la polarización».

Pero en esencia el salto cuantitativo ha tenido lugar porque el pacto con IU parece haber funcionado. ¿Y por qué? Iván Redondo lo tiene muy claro: «La suma funciona porque es Alberto Garzón. Perceptualmente es junto a Albert Rivera el líder más valorado del país». Y añade: «Perceptualmente está más a la derecha de Pablo. Y eso es fantástico para ellos. En cierta forma es como si Garzón fuera el líder de Podemos e Iglesias el de IU. Con otro liderazgo en IU probablemente no habría habido ese efecto multiplicador».

También cree que ha sido un acierto limitar el papel de Iglesias Pablo Simón, profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, en la medida en que «tienes un líder divisivo que sabes que resulta antipático» con lo que el objetivo es «desdibujar su figura».

Simón explica que el objetivo ha sido presentar una campaña «más coral» y que en eso está siendo fundamental Errejón, que «cae mejor que Pablo Iglesias desde un punto de vista transversal». Considera que a Iglesias «los suyos sí que le quieren. Pero en el campo de la izquierda».

Por todo ello cree Simón que en lo que respecta al líder «tiene sentido que se limite su exposición», y cree que «la marca Unidos Podemos tira más que Pablo Iglesias».

El también editor de Politikón recuerda que Iglesias «ha sufrido un proceso de exposición mediática tremenda y cometido muchos errores. Ha cruzado un punto de no retorno», asegura. Y ve en las negociaciones de estos meses un comportamiento que «ha desgastado su imagen».

Esa actitud que ha sido tildada como arrogante, egocéntrica o engreída se explica según Simón en «algo ciclotímico». Un día poli bueno y al siguiente poli malo. « Si yo me hubiera cargado el sistema de partidos también estaría subidito», ironiza.

En resumen. Iglesias da miedo, su ejercicio de moderación resulta impostado. Su valoración es muy negativa. Pero su partido sigue creciendo. ¿Por qué? « Ha desarrollado una identidad partidista en la que el líder ahora tiene menos peso», resume Simón, que piensa que su reto ahora es «estabilizar una organización tan heterogénea».

La comparación con su rival en el campo de la nueva política es necesaria, y Simón cree que la conclusión es clara: «Ciudadanos es más deudor de Albert Rivera. En cierto modo sigue siendo una plataforma electoral en torno a un candidato. Y eso los hace más vulnerables».

Según el CIS postelectoral del 20-D un 14% de los votantes de Podemos votaron por Iglesias, mientras que un 25,7% lo hace por Rivera, lo que pone de manifiesto que Podemos es ya un fenómeno más coral y poliédrico.

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