Elecciones - Catalanas

Rajoy defiende acuerdos en «lo sustancial» con Sánchez y Rivera

Ofrece diálogo a los secesionistas, pero deja claro que no se saltará la ley y les pide que superen la «fractura»

Mariano Rajoy
Mariano Rajoy - José Ramón Ladra

El presidente Rajoy se dividió ayer en dos para ofrecer, primero por la mañana en La Moncloa, una valoración del 27-S desde la óptica del Gobierno de España, y después por la tarde en la sede del PP desde el punto de vista de su partido, que ha perdido ocho diputados en el Parlamento autonómico catalán. En la primera de sus versiones, como jefe del Ejecutivo, Rajoy proclamó la derrota de los independentistas, sin apoyo de la ley y ahora tampoco de las urnas, y propuso abrir una etapa nueva basada en el diálogo, en superar la fractura social y en buscar el bienestar de los ciudadanos por parte de la Generalitat, todo con una condición: el respeto de la ley.

El acercamiento entre Rajoy y Pedro Sánchez, a la hora de defender la unidad de España y la ley, era un hecho antes del 27-S. Con las lógicas diferencias políticas de cada uno, la incertidumbre sobre el desafío independentista les unía en lo fundamental, algo que en Moncloa se valoraba de forma especial. Ahora, conocido el resultado, el Gobierno de Rajoy ve posibles acuerdos con los constitucionalistas, el PSOE y Ciudadanos, en la nueva etapa que se abre y que augura una «enorme inestabilidad», según fuentes de Moncloa.

Los mensajes cruzados entre Rajoy y Sánchez fueron en esa dirección. Al confirmarse los resultados, Sánchez escribió en Twitter: «Ha llegado la hora de abandonar las tesis independentistas y apostar por el diálogo, la legalidad y la estabilidad». Algo que el Gobierno comparte al cien por cien.

Rajoy convocó a los medios de comunicación a las 13.30 horas en La Moncloa para leer una declaración y transmitir un mensaje de tranquilidad, dentro y fuera de España, porque las urnas habían dado un «no» rotundo a los independentistas. En su comparecencia, el presidente se mostró partidario de llegar a acuerdos sobre todo con el PSOE y Ciudadanos, con quienes comparte los mismos valores constituciones básicos, si los rupturistas mantienen su desafío contra la legalidad.

«Es evidente que en lo sustancial con estos partidos políticos coincidimos», reconoció Rajoy, como respuesta a una pregunta sobre los contactos que ha tenido con Pedro Sánchez y Albert Rivera para hacer frente a una difícil gobernabilidad en Cataluña. «Ninguno de esos partidos ni el PP van a poner en tela de juicio lo que son los principios básicos de nuestra convivencia», destacó. Rajoy cree que es bueno hablar para defender lo «sustancial»: «De hecho, ya lo hemos hecho en estos últimos tiempos, sobre todo con el líder del principal partido de la oposición».

Rajoy aclaró que el diálogo que ofrece no es solo con quienes han mantenido una determinada posición: «El diálogo se puede mantener con todos, es muy sano y democrático», apuntó. Las líneas rojas son, en realidad, las de siempre, nada ha cambiado con el 27-S: la unidad de España, la soberanía nacional y la igualdad de derechos y libertades de todos los españoles. «Lo que no se puede pretender es liquidar la ley y las normas que nos hemos dado para mantener nuestra convivencia».

Rajoy hizo un llamamiento al nuevo Gobierno autonómico que surja después del 27-S, para que gobierne pensando en todos los catalanes, pero también para que supere «la fractura, la tensión y los enfrentamientos que han marcado estos últimos años, y para sustituir el monólogo por el diálogo constructivo y leal». En esa tarea, la Generalitat encontrará «toda la colaboración» del Gobierno de la Nación, siempre dentro de la ley.

Sánchez: Rajoy «ha dimitido»

Desde el PSOE se insiste en la idea de que Pedro Sánchez apoyará al Gobierno en todo lo que suponga defender legalmente la unidad de España ante el Tribunal Constitucional, si llega el caso. «Dentro de la unidad de España y la Constitución podemos hablar de todo. Fuera de la Constitución no podemos hablar de nada». Pero eso no le impide criticar que el «inmovilismo» de Rajoy es lo que ha desembocado en la fractura social que se evidencia en las elecciones del pasado domingo. Ayer mismo, Pedro Sánchez volvió a señalar durante una rueda de prensa en la sede de Ferraz que si algo dijeron los catalanes en las urnas fue «un sí rotundo al reformismo y un no al rupturismo y al inmovilismo» encarnado por los independentistas y por el Gobierno de Mariano Rajoy, respectivamente. «Se acabaron los agravios, los frentes, los monólogos y el cruce de reproches; y se tiene que abrir un nuevo tiempo presidido por tender puentes, hablar de reformas, diálogo y convivencia».

El líder socialista arremetió duramente contra el presidente del Gobierno «por haber dimitido de sus funciones» en Cataluña y liderar un Gobierno «agotado», al limitarse a «defender la ley» sin «construir un proyecto de vocación de cohesión nacional» para España. «Eso, Rajoy no puede ofrecerlo ya a los españoles y a los catalanes», lamentó Sánchez. A su juicio, la prueba de que ese es el diagnóstico acertado lo constituye el hecho de que el partido que apoya al Ejecutivo de España se ha convertido en «marginal e intrascendente» en Cataluña tras quedar como quinta fuerza política. El secretario general del PSOE, que desde el domingo por la noche trata de investir todas sus palabras y gestos de una aureola presidencial, comentó que cuando llegue al Gobierno en diciembre se va a dedicar «a reconstruir la unidad de Cataluña desde la Moncloa».

«El único partido capaz claramente de acabar con esta política del bloqueo y los frentes y de abrir un tiempo de concordia es el PSOE», subrayó. Por eso, no confía en la propuesta del candidato del PP a la Generalitat, Xabier García Albiol, de estudiar una reforma constitucional.

Rivera pide paso

Por su parte, Ciudadanos ha hecho una lectura de los resultados en clave mucho más ámplia de lo que planteó ayer el presidente del Gobierno. En el partido cuentan con que este resultado les sirva para sobrepasar a Podemos y empezar a mirar «en pie de igualdad» al PP y al PSOE.

Rivera fue muy crítico con Sánchez y Rajoy durante su comparecencia en Barcelona junto a Inés Arrimadas. «El bipartidismo decadente no sirve para solucionar los problemas de Cataluña», señaló el presidente de la formación naranja, que reconoció que ni Sánchez ni Rajoy se habían puesto aún en contacto con él para valorar la situación. Desde el partido se aseguraba este lunes que su partido ya ha dejado claro que, no solo apoyará, sino que pretende encabezar las decisiones que garanticen el respeto a la legalidad y garanticen la igualdad de todos los españoles. Pero no se muestran muy optimistas respecto a los que están llamados a ser sus socios en esta tarea.

Rivera denunció la gravedad de la situación al plantear que «el partido que gobierna España no es capaz de tener soluciones reales». Mientras que, en una referencia entre la sorpresa y la ironía, criticó que el PSC se presentase satisfecho «con su peor resultado». Ciudadanos va a incrementar la presión para lograr la dimisión de Artur Mas, a quién considera el gran responsable de la división en Cataluña. Y, en paralelo, culminará en los próximos días su propuesta de reformas democráticas y constitucionales que presentará a finales de octubre. Defenderán que se haga cumplir la ley, pero al mismo tiempos les dirán a Rajoy y Sánchez que «han fracasado» como interlocutores con Cataluña.

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