La Candidatura de Unidad Popular (CUP) se ha convertido en la séptima fuerza más votada en el Parlamento autonómico catalán, con 10 escaños en su haber. Bajo el lema «Gobernémonos», la formación liderada por Antonio Baños obtiene el 8,13 de lo votos y pasa a ser un más que probable balón de oxígeno al desgatado desafío independentista de Artur Mas. No obstante, si nos atenemos a los mensajes lanzados desde la propia CUP durante la campaña electoral, no parece que vayan a vender barato su apoyo a Junts Pel Sí, la candidatura capitaneada por el propio presidente de la Generalitat y líder de CDC, y Oriol Junqueras (ERC). [Consulta los resultados de las elecciones catalanas 2015]

Desde el partido de extrema izquierda han manifestado en reiteradas ocasiones que no están por la labor de votar a favor de la investidura de Mas, aunque también aseguran que «no harán el juego al Estado».

Un rompecabezas de pactos del que sale Catalunya Sí que es Pot, ya que la posibilidad de que la CUP brindase su apoyo a la coalición formada por Podemos e ICV-EuiA ha quedado en agua de borrajas tras el batacazo de la formación dirigida por Lluís Rabell.

A pesar de que varios miembros de la CUP boicotearon un acto de Pablo Iglesias en el barrio barcelonés de El Carmel para reprocharle que pida el voto a descendientes de andaluces y extremeños, tachándole de «etnicista» y replicándole que están orgullosos de los orígenes, el líder de Podemos ha venido realizando una serie de guiños a la formación de Baños para que apostaran por el cabeza de lista de su candidatura. Los resultados, sin embargo, han borrado de un plumazo dicha opción.

El fracaso de esta alternativa política deja en una encrucijada a la CUP tras los sucesivos mensajes lanzados por Baños. Hace apenas unos días aseguró de forma tajante en un debate electoral que «no iban a votar ni a investir a Artur Mas», y rebatió las acusaciones del resto de partidos contrarios al proceso independentista de utilizar la secesión para tapar los problemas con la corrupción. «Yo tengo una estelada y no he robado ni un duro», al tiempo que defendió que la independencia es una forma no de romper con los españoles, sino con un Estado que, a su juicio, es borbónico y oligárquico.

«República Catalana»

Arropados por unas 400 personas, entre gritos de independencia y contra el capitalismo, Antonio Baños y la número dos de la lista, Anna Gabriel, han sostenido que esta noche «todo empieza», se expide «el certificado de defunción del autonomismo», y nace la «República Catalana».

El candidato independentista de la izquierda radical ha asegurado que la «victoria del feminismo, la unidad popular y el anticapitalismo marca que los resultados tengan consecuencias políticas y jurídicas inmediatas», por lo que «la legalidad española debe ser desobedecida mañana mismo».

«La desobediencia era la independencia, queda claro, y así lo dejaremos claro a todo el mundo. Los primeros e irrenunciables puntos de la CUP son la desobediencia a las leyes injustas y después, irrenunciable e ineludible, un plan de choque social, de rescate ciudadano», ha apuntado.

«Garantía» independentista

Durante la campaña, la CUP se ha autoproclamado como la «auténtica garantía» para conseguir la independencia, definiéndose además como una fuerza «revolucionaria» que conseguirá cambiarlo todo, lo que provoca el «miedo» de las clases dirigentes.