Contenedor para envases de vidrio en Sevilla
Contenedor para envases de vidrio en Sevilla - ABC

Tomra prevé vender unas 15.000 máquinas de reciclaje en Valencia, Cataluña y Baleares

La empresa noruega intenta implantar otro sistema, más caro, para recuperar envases de vidrio

Madrid Actualizado: Guardar
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Algunos todavía nos acordamos de aquel sistema de reciclaje de botellas de vidrio por el que al llevarlas vacías a la tienda devolvían lo que se había pagado previamente por ellas. Pues ese sistema podría volver a implantarse en algunas regiones de España. La historia comenzó en 2015, cuando la empresa noruega Tomra, que tiene patentadas unas máquinas para recoger los envases en los supermecados, empezó a negociar con el gobierno valenciano (PSPV, Compromís y Equo) para cambiar el actual sistema de reciclaje que se realiza a través de los contenedores por otro de depósito (SDDR en sus siglas en inglés). La excusa es que el sistema falla porque no es capaz de recoger todos los envases.

De momento, los contactos oficiales se han producido solo en la Comunidad Valenciana, aunque sin una decisión en firme aún, pero los planes de la compañía pasan por extender el modelo a Cataluña y Baleares, dos comunidades con gobiernos formados por varios partidos, algunos de ellos de corte ecologista.

Tomra, que espera vender en nuestro país hasta 15.000 de sus máquinas a medio plazo e ingresar alrededor de 500 millones de euros, según aparece en la información que da al regulador bursátil de su país, defiende las ventajas de sus máquinas. Sin embargo, los envases que se recogerían no se destinarían a la reutilización, lo que sí es ecológico, sino al reciclaje.

La cuestión es que el sistema que defiende esta empresa tiene sentido en países que no tengan ya un sistema de reciclaje de envases, que no es el caso de España, que tiene impantado desde hace 20 años el sistema de los contenedores de colores y que funcionan de manera eficaz.

Entre las múltiples consecuencias que tendría la implantación del sistema sería una reducción de la superficie comercial de los supermercados, ya que tendrían que hacerle sitio al nuevo aparato, tanto en la tienda propiamente dicha como en la trastienda, así como dedicar personal a la posterior gestión de los envases y un largo etcétera.

Los comercios se oponen

Ignacio García, director general de una de las patronales de los supermercados, Asedas, asegura que «la implantación de ese nuevo sistema sería un desastre, ya que habría que mantener el sistema antiguo porque las máquinas de la empresa noruega no aceptarían todos los envases y además supondría un desembolso millonario. En el caso de nuestras tiendas habría que destinar nada menos que 50 metros cuadrados por tienda para la instalación de las máquinas y el correspondiente espacio de almacén para los envases, además del coste que, en el caso de Alemania, se elevó a 700 millones de euros».

Para los ciudadanos, además de hacer más compleja la tarea de reciclar, supondrá un encarecimiento de las bebidas porque los fabricantes no asumirían el sobrecoste. La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), cree que «se produciría una reducción de los ingresos de los municipios de unos 65 millones de euros».

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