El teléfono móvil gana cobertura como forma de pagar las compras

El dinero del futuro aún será contante, pero no sonante. Y pronto ni siquiera de plástico. Con un 80% de la población amarrada a su smartphone, la forma de consumir (y de pagar) nunca volverá a ser igual. Algunos datos confirman que el cambio está en marcha. El 20,8% de los clientes digitales, aquellos españoles de entre 24 y 55 años que han realizado compras online o pagos contactless en una tienda física en los últimos seis meses, ya usan su móvil para pagar, según el Barómetro de las Nuevas Formas de Pago, elaborado por Inmark para MasterCard.

«España ya fue pionera en el lanzamiento de soluciones de pago movil allá por el año 2003, y los primeros pilotos para el pago con tarjeta basada en SIM también se hicieron aquí», recuerda Paloma del Río, directora de Desarrollo de Negocio e Innovación de Mastercard.

Y de ayer a hoy, la oferta parece preparada para satisfacer una demanda creciente.

El parque de terminales con NFC, la tecnología que permite el pago en tiendas con móviles, es el segundo más alto en números absolutos, solo por detrás de China. «En España tenemos 800.000 TPV (terminales) contacless y hemos liderado el proceso de habilitación y preparación de los comercios. El año pasado fue el de la estandarización del pago contactless y un tercio de las tarjetas en el mercado ya son de este tipo», explica Del Río.

La generalización de este pago por proximidad deja, según la experta, el territorio abonado para la transición acelerada hacia el pago digital, en la que el estandarte es la modalidad de pago móvil en tiendas físicas: se acerca el smartphone a la terminal del comercio y el pago se abona en la tarjeta de crédito o débito que reside en el teléfono. Un 10,4% de los clientes digitales ya usaron esa fórmula el año pasado, 4,2 puntos más que el año anterior. Tres de cada cinco consumidores conocen ya este sistema, que además es el mejor valorado (34,2% de los encuestados). Otras fórmulas de pago móvil, como el uso de aplicaciones en tiendas físicas (5,2% de usuarios) y las compras online con cargo a la operadora de telefonía (8,3%) también comienzan a despegar.

El futuro es móvil. pero estas fórmulas de pago aún están muy por detrás de alternativas como las carteras digitales o wallets (usadas en al menos una ocasión por el 75% de los consumidores) y compiten en la misma liga que los pagos P2P (9%).Aunque la gran sorpresa del estudio es el predicamento que las soluciones biométricas (huella dactilar, reconocimiento de voz o facial) encuentran entre los consumidores como alternativa segura al pin. «Que este sea el sistema que se utiliza en Apple Pay ha ayudado a extender su uso. El 64% de los encuestados considera que es una opción más segura que otras. Es bastante llamativo para ser propuestas tan nuevas. Creo que la gente ha abrazado estos mecanismos porque, de alguna manera, les resultan familiares gracias al cine. Es algo que estaba en sus expectativas y que ahora se va a convertir en realidad», asegura Del Río.

La seguridad determina sin duda la elección de la forma de pago y, en este sentido, Del Río reconoce la prioridad que supone trasladar a la población que estos medios digitales añaden controles nuevos a los que ya poseía la tarjeta física. «Este reto de la divulgación tiene que ser una labor conjunta de toda la industria. Y una parte muy positiva es que las entidades españolas están liderando esta transición», destaca la responsable de MasterCard. «Hay que explicar que podrás pagar con tu móvil, una pulsera o un reloj y no pasa nada. Va a ser una transformación radical, la más importante desde el comienzo de la tarjeta de plástico», sentencia.