Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Pepe Álvarez,
Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Pepe Álvarez, - EFE

Los sindicatos celebran los 40 años de su legalización

La primera organización que se registró en abril de 1977 fue la de representantes de comercio

Madrid Actualizado: Guardar
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La oficina de Depósito de Estatutos de la Organización Sindical abrió su ventanilla a las doce del mediodía del 28 de abril de 1977 para que se pudieran inscribir las centrales sindicales interesadas después de que el BOE publicara el día anterior la nueva normativa (ley 19/1977 de 1 de abril) aprobada en las Cortes.

En esa fecha, el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, se encontraba de visita oficial en Nueva York tras haber pasado por México y en España no se habían apagado aún los ecos de la multitudinaria boda del torero recientemente desaparecido Palomo Linares con la modelo colombina Marina Danko, celebrada dos días antes en la madrileña iglesia de los Jerónimos.

La primera organización en presentarse ante la ventanilla fue la Agrupación Profesional de Representantes de Comercio, seguida de la Asociación Empresarial de Grasas, la Asociación de Desinfectores y el Sindicato de Marinos Mercantes.

Hasta las 12,30 horas no llegaron hasta esa oficina de registro, cuyo responsable era el magistrado excedente Hernán Cano –según recogían las páginas de ABC de aquel día–, una docena de sindicalistas en representación de Comisiones Obreras (CC.OO.), la Unión General de Trabajadores (UGT), la Unión Sindical Obrera (USO), Solidaridad de Obreros de Cataluña (SOC) y Solidaridad de Trabajadores Vascos (STV).

«Ya somos legales», declaró el secretario general de CC.OO., Marcelino Camacho. «Y lo somos porque hemos luchado para conquistar el derecho a la legalidad; nada nos han regalado».

De hecho, tres meses antes habían sido asesinados cuatro abogados laboralistas de CC.OO. en su despacho de la calle de Atocha: Francisco Javier Sauquillo, Luis Javier Benavides, Serafín Holgado y Enrique Valdevira, además del conserje Ángel Rodríguez.

CC.OO. tenía 229.501 afiliados y su secretario de organización, Julián Ariza, fue uno de los representantes de este sindicato que acudió a la ventanilla para que les sellaran las tres copias del impreso que tenían que presentar. Uno de los delegados de UGT en ese acto fue Manuel Chaves, que años después fue ministro y presidente de la Junta de Andalucía.

Sin embargo, el secretario general de UGT, Nicolás Redondo, declaró a Radio Nacional que no estaba de acuerdo con la nueva ley de asociación sindical y subrayó que «la legalización no supone la libertad sindical, puesto que durante un periodo indeterminado van a coexistir las centrales sindicales democráticas con la estrucutra del sindicato vertical».

Por su parte, el secretario general de la CNT, Juan Gómez, dijo que, aunque era partidario de acudir a la legalización, «nos tomaremos un tiempo de reflexión en lugar de sumarnos a la presentación en bloque junto a las otras centrales sindicales».

Represión en el Primero de Mayo

A pesar de la legalización de estas organizaciones, pocos días después, en la celebración del Primero de Mayo, la policía reprimió duramente las manifestaciones convocadas por los sindicatos, registrándose numerosas detenciones. «Por la libertad sindical» fue el lema de la convocatoria que fue prohibida por las autoridades gubernativas. Un líder sindical reconocía que «nos han dado más palos que cuando no estábamos todavía legalizados».

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