Cartel unitario del Primero de Mayo de 2016
Cartel unitario del Primero de Mayo de 2016 - ABC

Un Primero de Mayo con CC.OO. y UGT en plena transformación

Los sindicatos están adelgazando y actualizando sus vetustas estructuras

MADRID Actualizado: Guardar
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El Primero de Mayo o Día Internacional de los Trabajadores celebra hoy (domingo) su 126 aniversario, una fecha que no pasará inadvertida especialmente por dos hechos: en primer lugar, porque los sindicatos mayoritarios CC.OO. y UGT están inmersos en un importante cambio de estructuras y, en segundo lugar, porque será la primera vez en 22 años en que Cándido Méndez no estará al frente de UGT. Su sustituto, José María Álvarez, será quien acompañe al secretario general de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, en la cabecera de la manifestación que se celebrará en Madrid bajo el lema «Trabajo y derechos, contra la pobreza salarial y social».

A esos dos hechos mencionados hay que añadir que el Primero de Mayo coincide con un momento de vacío político y de Gobierno en funciones, situación que seguramente aprovecharán los líderes de los distintos partidos para «dejarse ver» y continuar con la campaña electoral.

Este Día Internacional de los Trabajadores será el último de CC.OO. y de UGT tal y como los conocemos ahora, ya que ambos sindicatos están sufriendo una profunda transformación, una de las más importantes que han llevado a cabo en su historia. «No estábamos preparados para afrontar una situación como la que nos encontramos», reconoció José María Álvarez tras ser nombrado recientemente secretario general de UGT.

CC.OO. tomó la iniciativa hace tres años, cuando en su 10º congreso, en el que fue reelegido Toxo, sus dirigentes entendieron que había que cambiar sus viejas estructuras y adaptarlas a los nuevos tiempos, introduciendo también más transparencia para evitar nuevos casos de supuestas irregularidades como los descubiertos en los últimos años y que han estado protagonizados, sobre todo, por responsables de UGT. Para ello, CC.OO. ha aprobado un nuevo código ético.

El secretario de organización y de comunicación de CC.OO., Fernando Lezcano, explica a ABC que esos cambios «fueron fruto de dos reflexiones: cómo adecuar las estructuras basadas en la industria al nuevo mercado de trabajo terciario, con nuevas actividades y perfiles profesionales y, por otro, la de fortalecer la organización en sus bases».

Pérdida de un 22% de afiliados

Además, los sindicatos deben asumir y hacer frente a dos cuestiones muy importantes que les está afectando muy negativamente: el drástico recorte de las subvenciones públicas, sobre todo del Gobierno de Mariano Rajoy, y la fuerte pérdida de afiliados. Entre 2008 y 2015, CC.OO. y UGT se han dejado por el camino 516.073 afiliados (292.468 el primero y 223.605 el segundo), lo que supone un 22% menos de los que sumaban al comienzo de la crisis.

Por eso, ambas organizaciones están poniendo en marcha una doble estrategia, la de captar más afiliados y la de darles más protagonismo dentro del sindicato. «Tenemos que cambiar la manera de participar los afiliados», dijo José María Álvarez. También anunció que cualquier acuerdo de carácter confederal será sometido al refrendo de los delegados.

En ambos sindicatos niegan que la pérdida de afiliados sea una consecuencia de los sonados escándalos protagonizados por algunos de sus dirigentes, como los casos de los ERE fraudulentos, las facturas falsas, el desvío de fondos para cursos de formación, etc... «Miles de trabajadores que han perdido sus empleos no pueden seguir pagando las cuotas sindicales», justifican desde esas organizaciones. Incluso, en UGT han pensado en mantener la afiliación durante un tiempo a aquellas personas que se hayan quedado en el paro y que no puedan pagar las cuotas.

En este punto hay que añadir que otros sindicatos, como CSIF –la organización mayoritaria entre los funcionarios–, se han aprovechado de esta situación y han aumentado el número de sus delegados y su presencia en los comités de empresa del sector privado.

Para poder cuadrar sus cuentas, los sindicatos están aplicando planes de ahorro y viabilidad en sus distintas federaciones, tanto sectoriales como territoriales. Paralelamente, realizan una minuciosa fiscalización de sus cuentas, trabajo complicado porque cada federación es independiente y tiene su propio NIF. «Debemos ser una organización transparente que dé explicaciones de la utilización de cualquier euro de dinero público», ha subrayado Álvarez.

Una de las consecuencias de esas reflexiones que mencionaba Fernando Lazcano es el adelgazamiento de las estructuras de los sindicatos. CC.OO. dejará en ocho las doce federaciones sectoriales que tenía y UGT bajará de nueve a seis.

El primero ha llevado a cabo ya las fusiones de Comfía (servicios financieros y administrativos) y Fecoht (comercio, hostelería, turismo y juego), que ha dado lugar a la nueva federación de Servicios; las de Industria y Fiteca (química, textil, piel y afines), que se denomina Industria; y la de Fecoma (construcción y madera) con la de FSP (servicios privados), que será la de Construcción y Servicios privados. La última fusión será la de Industria y Feagra (agroalimentación), que quedará como Industria. Además, se mantienen las federaciones de Sanidad, Enseñanza, Servicios (públicos) a la ciudadanía y la de pensionistas y jubilados.

UGT resolverá entre el 10 y el 20 de mayo su reestructuración. El 11 de ese mes se constituirá la denominada provisionalmente Federación 3, que estará integrada por FES (servicios) y SMC (servicios para la movilidad y el consumo). El día 13 se formalizará la Federación 1, que saldrá de la unión entre MCA (industria) y Fitag (industria y trabajos agrarios). Y el día 20 se cerrará el proceso con la constitución de la Federación 2 tras la fusión de FSP (servicios públicos) con FETE (enseñanza). Además de estas tres grandes federaciones se mantienen como uniones profesionales UJP (jubilados y pensionistas), UPA (agricultores y ganaderos) y UPTA (profesionales y autónomos)

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