El C919, el primer avión de tamaño medio chino con el que el país asiático pretende transformar el mercado aéreo
El C919, el primer avión de tamaño medio chino con el que el país asiático pretende transformar el mercado aéreo - ABC

El primer avión chino amenaza al duopolio de Boeing y Airbus

Con capacidad para 168 pasajeros y 5.555 kilómetros, el C919 costará la mitad que sus rivales

Pekín Actualizado: Guardar
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Durante las cuatro últimas décadas, el extraordinario crecimiento económico chino ha transformado la faz de este país construyendo sus propias autopistas y trenes de alta velocidad. Para los años venideros, el autoritario régimen de Pekín se ha propuesto revolucionar también los cielos con su primer avión de tamaño medio de producción nacional.

Construido por la Corporación Aérea Comercial de China (COMAC), en la que participan empresas estatales y privadas, el C919 efectuó el viernes su primer vuelo de prueba. Tras varios años de retrasos, ni siquiera la alerta por una tormenta de arena abortó su despegue desde el aeropuerto de Pudong, en Shanghái, en una ceremonia multitudinaria.

Con este avión, que tiene capacidad para transportar entre 156 y 168 pasajeros y puede volar sin repostar entre 4.075 y 5.555 kilómetros según sus versiones, China se ha propuesto romper el duopolio del mercado aéreo que ahora ostentan la europea Airbus y la estadounidense Boeing.

Para ello, le hará la competencia al Airbus 320 y al Boeing 737 costando unos 50 millones de dólares (45 millones de euros), algo menos de la mitad de lo que valen dichos modelos.

Con dos motores y un solo pasillo central, el aparato mide 38,9 metros de largo, 11,95 de alto y 35,8 de un ala a la otra. Capaz de alcanzar una velocidad de Match 0,785 a 12.000 metros de altura, podrá llevar una carga de 20,5 toneladas y es el máximo exponente de la ambición china por entrar en el mercado aéreo internacional, un negocio que generará unos dos billones de euros durante las dos próximas décadas.

Apertura a otros mercados

Además, China pretende abastecer a su vasto mercado doméstico, que necesitará 6.300 nuevos aviones en los próximos veinte años debido a su crecimiento económico y a la proliferación de su clase media, cada vez más propensa a viajar. De ellos, la mayoría serán aparatos de tamaño medio, que ya suponen más de la mitad de la flota aérea mundial.

A la espera de que consiga los correspondientes certificados de homologación de Estados Unidos y la Unión Europea, que le abrirían las puertas de todos los mercados, su empresa constructora ya ha recibido 573 pedidos por parte de 23 clientes. Menos una compañía aérea tailandesa, las demás son aerolíneas estatales chinas y financieras de este país al servicio del autoritario régimen de Pekín, que ha convertido al C919 en cuestión de Estado. «La industria del transporte aéreo chino no puede depender completamente de las importaciones. Una gran nación debe tener su propio gran avión comercial», clama el máximo responsable de la aviación civil, Li Jiaxiang, según informa France Presse.

Concebido en 2008, estaba previsto que se empezara a probar en 2014, pero distintos problemas tecnológicos lo han retrasado. Presentado oficialmente en 2015, sus primeros encargos no llegarán a los clientes antes de 2020. Aunque la propaganda del régimen insiste en la producción nacional del C919, lo cierto es que la mayoría de sus sistemas son extranjeros. Para empezar, los motores han sido suministrados por CFM International, una alianza entre la estadounidense General Electric (GE) y una división de la firma francesa Safran, mientras que Honeywell se ha encargado del sistema eléctrico, Parker Aerospace del control del vuelo y la compañía alemana Liebherr del tren de aterrizaje.

China, que ya ha desarrollado un avión pequeño con capacidad para unos 80 pasajeros, también quiere construir junto a Rusia un «jumbo», el C929.

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