Barbara Kolm, presidenta del Instituto Hayek, en un momento de la entrevista concedida a ABC
Barbara Kolm, presidenta del Instituto Hayek, en un momento de la entrevista concedida a ABC - ISABEL PERMUY
Entrevista

«La falta de gobierno no perjudica a la economía»

En opinión de la economista, las medidas de estímulo del BCE prolongan «los problemas del país» y solo «compran tiempo para actuar»

Madrid Actualizado: Guardar
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Ante la incertidumbre política que encuentra en España, la economista liberal Barbara Kolm (Innsbruck, Austria, 1964) no cree que la falta de gobierno perjudique a la economía. Todo lo contrario, ya que desde la tribuna del «Center of Austrian Economic» y el Instituto Hayek, cree que hay que apostar por reducir el Estado a su mínima expresión. «Bélgica estuvo dos años sin gobierno y todo continuó en marcha. No hubo cambios regulatorios que afectaran a la economía», resuelve. Por ello, la UE es su némesis: un Estado supranacional. Desde el lado liberal de la economía, Kolm ha recalado en Madrid para impartir una conferencia en la Fundación Rafael del Pino.

¿Cómo promueve el libre mercado y el liberalismo?

Llevo 9 años de gira por 45 ciudades y 40 naciones, desde Georgia a Grecia.

En toda Europa hay que bajar impuestos y eliminar regulación. Todos los derroches de Bruselas los financia el contribuyente. Y todo esto se traduce en más deuda, más dinero barato y tipos de interés más bajos. Necesitamos que Europa deje de intentar «armonizar» los sistemas impositivos y simplemente dejar que los países compitan entre ellos.

¿Cuál es su líder europeo favorito?

Es una pregunta muy difícil. Me gustan los reformistas, los que son fuertes como para apostar por el cambio. Un buen ejemplo lo tienen en España, donde contaron con un líder como José María Aznar, que hizo un gran trabajo reformando la economía española, o al menos comenzando a hacerlo. Desafortunadamente, se produjeron los ataques terroristas del 11-M y no pudo acabar el trabajo. Además, Margaret Thatcher es la mayor héroe que hemos tenido en Europa. Ella sacó al Reino Unido de la pobreza. Cuando fue elegida como primera ministra, el país era prácticamente del Tercer Mundo, si analizamos sus infraestructuras y Sanidad. Ahora es uno de los países más ricos del planeta.

¿Y qué candidato prefiere de los cuatro principales que hay en España: Mariano Rajoy, Albert Rivera, Pablo Iglesias o Pedro Sánchez?

Como ciudadana, elegiría al partido que elija la mayor libertad para el individuo. Prefiero no decantarme.

¿Cree que la incertidumbre política que hay en España puede perjudicar a la economía?

No, ¡todo lo contrario! Bélgica estuvo dos años sin gobierno y todo continuó en marcha. Encima no hubo cambios regulatorios que perjudicaran a la economía.

¿Cuál debe ser el tamaño del Estado, en su opinión?

El mínimo posible (risas). No necesitamos estados sobredimensionados que concentren el 45% del PIB. El Estado no debe intervenir en nuestras vidas sino permitir que los individuos emprendan y creen empresas, mediante menos regulación. Necesitamos reformas fiscales que bajen los impuestos, un mercado laboral más flexible e incentivos para la inversión. Y asegurar que las regiones compitan entre ellas, para que los ciudadanos elijan dónde vivir. Como en el modelo suizo: es necesario aprobar una mayor descentralización.

Al comienzo de la crisis vimos una respuesta keynesiana de los gobiernos, pero después viró a la austeridad.

No he visto aún una austeridad real. Los griegos se quejan de la austeridad, pero aún no he visto nada de esto. Dos tercios de los presupuestos se gastan en Seguridad Social, pensiones y Sanidad. Solo un tercio se dedica al futuro, a inversiones que ayudarán a la economía. Solo estamos comprando tiempo. También ocurre en la política monetaria. Y aunque España dependa del BCE, lo que hace Draghi prolonga los problemas del país y compra tiempo para actuar, pero impide a la economía crecer.

¿Cuál es la solución a esto?

Separar fiscalidad y política monetaria. Que Juncker no le diga a Draghi lo que hacer. Tenemos la crisis migratoria, una crisis de seguridad con Ucrania y la crisis financiera. Bruselas no ha resuelto ningún problema. La UE que existe ahora no la veremos en diez años: hemos creado un monstruo, un Estado supranacional que no es democrático. Deberíamos volver a las cuatro libertades: libre circulación de mercancías, personas, servicios y capitales. El resto de competencias las debe volver a gestionar cada país.

¿Entonces está de acuerdo con la libertad de movimiento para los refugiados en Europa?

No. La crisis de refugiados se debe ver desde dos ángulos. En primer lugar, solo un 20% son refugiados de guerra: para ellos se debe buscar una solución, aunque deben integrarse y no pueden elegir a qué país ir, sino repartirlos por cuotas. A los refugiados económicos no veo ninguna razón para que aprovechen nuestro Estado de Bienestar europeo. Desde una perspectiva liberal, si crean valor añadido a Europa, su entrada supondría un estímulo económico. Pero es dudoso que este sea el caso. Aquí las exigencias educativas son mayores que en Siria.

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