UGT eleva la tensión con su federación de Cataluña al insistir en que «no hay presos políticos»

No obstante, afirma que las personas en prisión preventiva «podrían estar en su casa preparando el juicio»

Pepe Álvarez, esta mañana en Santander EFE
Javier González Navarro

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La fractura que se ha producido en el seno de CC.OO. y de UGT por la convocatoria realizada por sus federaciones catalanas, junto con Òmnium y ANC, de la manifestación independentista celebrada el pasado domingo en Barcelona se ha acentuado hoy después de que el secretario general de la organización socialista, Pepe Álvarez, subrayara que en España «no existen presos políticos».

En un acto en Santader, Pepe Álvarez, que fue el líder de UGT Cataluña durante 26 años, ha dicho que «UGT ni ha participado, ni participa, ni participará del criterio de que en España existen presos políticos. En un país democrático como el nuestro no se puede sostener que haya presos políticos ».

Como se recordará, la principal reclamación de los miles de personas que asistieron a esa manifestación fue la de que vuelvan a casa los políticos presos por rebelión. «Os queremos en casa», se podía leer en las pancartas.

Preguntado Álvarez por la situación en Cataluña, ha afirmado que el sindicato «no tiene ninguna fractura ni en Cataluña ni por Cataluña . Me da la impresión de que nuestros afiliados se sienten más incomodos por lo que se publica que por lo que dice la organización. Lo que se puede hacer es discrepar de algunas decisiones de los jueces. La justicia no es más justicia porque se exprese con más radicalidad. Las personas en prisión preventiva podrían estar en su casa preparando el juicio».

Y ha recordado que «la semana pasada en Logroño teníamos en un juicio a tres sindicalistas que se les pedían 8 años de prisión por participar en un piquete».

«En Catalunya hay que abrir un proceso que nos permita normalizar la situación», ha considerado. «Se tiene que hacer a partir de la mayoría que hay en el Parlament. Que se abra un camino que permita constituir un gobierno estatutario y constitucional, que retorne las competencias a la Generalitat, que gestione los programas de los ciudadanos, que abra nuevas vías para que se restañen las heridas que ha provocado esta situación y que, a medio plazo, haya un proceso de diálogo, dentro de la legalidad, entre la Generalitat y el Estado español».

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