Mario Dragui, presidente del Banco Central Europeo
Mario Dragui, presidente del Banco Central Europeo - Reuters

La banca española lucha por unificar los criterios de provisiones en Europa

El Banco de España trabaja sobre la norma contable para allanar el camino hacia la armonización europea

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El primer paso hacia la unión bancaria en Europa se dio hace ahora exactamente un año, con la puesta en marcha del Mecanismo Único de Supervisión (MUS). El organismo se antoja ya como clave para prevenir las turbulencias financieras en el viejo continente. De hecho, con el MUS se ha logrado «de facto» la supervisión única en la zona euro.Ahora bien, con su sola existencia no se alcanza, ni de lejos, una normativa financiera común, ya que no es su cometido. Así, según ha podido saber ABC, la banca española está luchando desde hace meses ante diferentes instituciones europeas –sobre todo, ante el Banco Central Europeo (BCE), Comisión Europea (CE) y ante la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés)– por unificar los criterios de provisionestras la revisión o clasificación de los diferentes activos.

Diversas fuentes consultadas aseguran que desde diversos frentes, cada vez que un alto ejecutivo financiero, de cualquier nivel y cargo, tiene una reunión en Bruselas oFráncfort aprovecha para trasladar los temores existentes en el sector bancario español ya que se sienten en desventaja con respecto a sus socios europeos en lo que a regulación contable se refiere y evidencian la necesidad acuciante para cada país en concreto de la inexistencia de un regulación unificada.

Así, las fuentes coinciden en señalar que la regulación española sobre cómo clasificar y provisionar después sus créditos morosos es mucho más exigente que la del resto de Europa. Los créditos españoles tienen una sobrecarga en forma de provisión si se clasifican como morosos, algo que no ocurre en otras normativas europeas. «No estamos en igualdad de condiciones –dice un directivo de un gran banco español–, el crédito te penaliza mucho más que con otras regulaciones. Estamos más protegidos si se dan turbulencias financieras como la pasada pero la fórmula te consume más capital, por lo que sales peor parado, por ejemplo, en los test de estrés».

Las fuentes consultadas explican a este periódico que los ejecutivos financieros españoles no entienden por qué si vamos hacia una homegeneización bancaria, dado que el paso de la supervisión ya está dado con el MUS, no se puede ir paulatinamente hacia una armonización contable. Son conscientes de que Europa no va a ir hacia el modelo español, con una circular contable igual a la nuestra, pero sí puede elaborar una guía de mejores prácticas contables que eviten la enorme dispersión entre países que se ha puesto de manifiesto en el AQR (revisión de los activos)».

Criterios contables

Algunas fuentes incluso se atreven a afirmar que han advertido en sus reuniones con los técnicos europeos de supervisión de que «el BCE, con Mario Draghi a la cabeza, da más importancia de la que parece a la contabilidad y es posible que inicie una armonización contable a lo largo de 2016, a pesar de lo difícil que resultaría hacer algo así con tanto país diferente y tanta normativa tan dispar».

Mientras, en nuestro país, según ha podido saber ABC, el Banco de España está trabajando en una modificación del Anejo IX de su circular contable para precisamente adaptar la normativa financiera española a la europea. Fuentes del regulador español al corriente de estos trabajos aseguran que aún no hay nada cerrado, y que de tomarse una decisión al respecto, antes de ser aprobada, iría a consulta pública.

Sin embargo, fuentes del sector coinciden en señalar que sí se está barajando desde hace tiempo la posibilidad de suprimir los llamados «créditos subestándar», una categoría que no existe en el resto del mundo y que está a medio camino entre los créditos sanos y los morosos. Se trataría de dar luz verde a una nueva nomenclatura («crédito normal con vigilancia especial», según las mismas fuentes), además de un cambio en el cálculo de las provisiones exigidas que, no obstante, no tendría impacto relevante en las cuentas de las entidades financieras.

El supervisor busca así allanar el camino hacia la convergencia entre la normativa española y comunitaria, que tradicionalmente han chocado ya que mientras la primera busca cubrir la pérdida esperada, la segunda apuesta por registrar la pérdida ya incurrida. «Se trata de un paso intermedio para llegar a la homogeneización con los estándares de contabilidad europea», concluye una fuente financiera.

Ver los comentarios