JM NIETO

El algoritmo Euphemia fija el precio de la luz en España y en otros 22 países europeos

Algunos sectores cuestionan el modelo porque la energía más cara, el gas, es la que determina el coste final del megavatio

Madrid Actualizado: Guardar
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La espectacular subida de los precios de la electricidad en las últimas semanas ha propiciado que partidos de la oposición, el sector de las energías renovables y algunos expertos hayan vuelto a demandar una profunda reforma del sistema de fijación de precios en el mercado mayorista español. En él se casan hora a hora y con un día de antelación, la demanda prevista de electricidad con las ofertas. Los primeros megavatios (MW) que entran son los de origen hidráulico, nuclear y eólico, que son los más baratos. Después, y para responder a la mayor demanda, entran los megavatios procedentes de centrales de carbón y de gas, que tienen precios más caros. Precisamente, son estos últimos megavatios los que determinan el precio final de la electricidad.

Todo ello ocasiona que, como se puede observar en el gráfico superior, el mix de generación eléctrica sea distinto cada hora, según la demanda de energía y de la climatología. En condiciones normales, cuando la demanda es menor se utilizan menos las centrales de carbón y gas, por lo que los precios son bajos. Cuando aumenta el consumo, entran esas energías y el precio se encarece.

Este mercado marginalista tiene una complejidad técnica lógica e importante. Gestionado por OMIE –también se encarga del mercado portugués–, forma parte del proyecto PCR (Price Coupling of Regions), que actualmente acopla los precios de los mercados diarios de electricidad en Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Eslovaquia, Eslovenia, España, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, los Países Bajos, Noruega, Polonia, Portugal, Rumanía, Suecia, Suiza y Reino Unido.

Tres años de trabajo

La iniciativa arrancó en 2009 y su elemento principal es Euphemia, un algoritmo único que se utiliza para calcular las capacidades de transmisión, las posiciones netas y los precios de la electricidad en Europa, «maximizando el bienestar social e incrementando la transparencia del cálculo y los flujos resultantes», según OMIE.

El operador del mercado mayorista afirma que Euphemia es el fruto de más de tres años de trabajo conjunto de los operadores de mercado más importantes en la UE y su resultado es un sistema que calcula los precios de la electricidad «de manera eficiente» y que se utiliza de manera común y sincronizada con los demás mercados europeos de la electricidad.

Las principales objeciones de los críticos de este mercado se dirigen a la fijación de precios y rechazan que sean los megavatios más caros los que determinen el precio de toda la energía. Miguel Ángel Martínez-Aroca, presidente de la asociación nacional de productores de energía fotovoltaica Anpier, considera que «se podrían contener las tendencias alcistas que se producen cíclicamente en el mercado eléctrico español cuando no entran las renovables –que son las que colocan los precios por debajo de los 40 euros/MW– si el Gobierno ajustara el sistema de formación de precios de la energía, que retribuye todo el suministro al precio marcado por la última unidad necesaria para cubrir la demanda estimada para cada día».

Reforma del sistema

Subraya que «actuar sobre el mecanismo de diario de fijación de precios y evitar sobrerretribuciones supondría una bajada aproximada del 20% del precio del megavatio en momentos como el que acaba de atravesar nuestro sistema eléctrico y que generan, además pérdida de rentas familiares y de competitividad, un déficit de tarifa virtual, al establecerse un precio ficticio del coste de generación, puesto que lo normal en momentos similares al actual, con escasez de precipitaciones, ha sido que el megavatio se situara entre los 60 y 65 euros».

La normativa actual hace que «la participación de los ciclos combinados de gas y el carbón en el mix energético marquen el precio de mercado, y este sea extremadamente alto para retribuir a otras fuentes de producción cuyos costes de generación son muy inferiores a dicho precio, produciéndose así sobrerretribuciones injustificadas, que suponen cifras millonarias de ingresos para las eléctricas. Además, nos encontramos con que los costes de generación de estas tecnologías, gas y carbón, decisivas para marcar precio diario de la electricidad, son totalmente opacos, al no existir un mercado secundario organizado, como en existe en el caso del petróleo».

Más lejos va Jorge Fabra, expresidente de REE, quien ha elaborado un informe en el que cuestiona que exista competencia en el mercado mayorista. Además, afirma que «los precios percibidos por las centrales nucleares se sitúan entre un 180 y un 227% por encima de sus costes remanentes. En el caso de las centrales hidroeléctricas los precios percibidos se sitúan por encima de sus costes remanentes entre un 480 y un 600 %. Estos márgenes se generan, además, en la explotación de bienes públicos –la fuerza hidráulica de las cuencas hidrográficas españolas– mediante concesiones administrativas que nunca fueron adjudicadas en concursos públicos competitivos».

Francisco Espinosa, socio director de ACE Servicios de Gestión de Energía, rechaza estas críticas y opina que el sistema que tenemos, «aunque no sea perfecto, es el mejor posible y el más vigilado».

Por su parte, el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ya dijo el pasado jueves en el Congreso que no tiene intención de cambiar el modelo eléctrico.

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