Pantalla de una oficina de corretaje en Pekín
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El sector del metal, el más afectado en España por la crisis de China

La caída del consumo en China daña a las firmas que exportan materias primas

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La crisis china que ha azotado durante los últimos días de agosto a las Bolsas mundiales no se ceñirá solamente a los mercados financieros. Los analistas explican que las razones del contagio a los parqués occidentales se debe a la amenaza real de que un descenso en la demanda de China, cuyo PIB supone un 15% de aportación mundial, afecte a la exportación de materias primas desde Europa y Estados Unidos.

La «sobreproducción» originada por un mayor volumen de oferta de productos frente a la demanda de materias primas y artículos que se adquieren en la denominada «fábrica del mundo» influirá positivamente, en su mayor parte, en España por la rebaja de los costes de importación. En cambio podría dañar a algunas empresas que venden materias primas.

En nuestro país destacaron las importaciones a China en 2014 con un coste total del 19.766 millones de euros frente a los 4.080 millones que supusieron las exportaciones.

«Las empresas que venden materias primas a China van a sufrir más»

Javier Santacruz, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles, argumenta que el salto de la crisis financiera china a las plazas bursátiles occidentales se entiende por el temor a que la transformación del país asiático desde una economía industrial a otra de consumo traslade un efecto negativo a la cuenta de resultados de las compañías que venden en el exterior. «A España le viene bien esta situación por destacar su papel importador ya que los costes de producción van a caer. Sí van a sufrir las empresas que venden materias primas a China. Sin embargo, estas grandes compañías españolas resistirán por tener capacidad de aguante y flexibilidad para el ajuste», puntualiza Santacruz.

Para el director de Análisis de Profim, José María Luna, «la desaceleración será mayor de lo que apuntan las estadísticas del Gobierno chino». Luna cree que el enfriamiento chino puede tener consecuencias más graves de las vistas hasta ahora si las autoridades del país asiático no actúan correctamente. «El problema reside en que con las políticas monetarias expansivas de los principales bancos centrales se han financiado muchos proyectos empresariales que han creado verdaderas estructuras de sobrecapacidad de producción», asegura Luna. En su opinión, la desaceleración en el país asiático no afectará solo a las empresas exportadoras de materias primas, sino también a las compañías automovilísticas como BMW o a las de dispositivos móviles como Apple.

Los expertos de Andbank advierten también de que los metales básicos seguirán sufriendo por las «expectativas de menor crecimiento en el país». En base a su último informe sobre la situación en China, será necesaria un ajuste de la oferta y de los excesos en inversión para que se estabilicen los precios.

Si la desaceleración china acaba influyendo en la actividad de las compañías españolas, el daño podría minimizarse por el efecto compensatorio de las inversiones que realizarán otros países en desarrollo. El estratega de Citi José Luis Martínez Campuzano cree que el problema no será tal por la elevada competitividad de nuestras compañías y por un futuro aumento del gasto en infraestructuras de otros estados para combatir la crisis.

Una de las industrias nacionales que podría verse más afectadas por la situación de China es la del metal. Y es que, si bien la demanda de estos materiales resulta un factor preocupante, todavía podría constituir un peligro mayor el aumento de la oferta asiática en este sector.

Alcoa, empresa dedicada al sector del aluminio, destaca que este material se encuentra en su nivel más bajo de los últimos seis años y apunta directamente a China como responsable de esta situación. Fuentes de la empresa aseguran que el país asiático «ha inundado» el mercado con sus masivas exportaciones de aluminio, al conseguir colocar en el mercado un producto que «elude» distintas tasas y que incluso en ocasiones no cumple con los controles de calidad. Todo ello se ha traducido en un descenso del precio de este material de entre el 22 y el 25% solo en 2015.

Desde Alcoa afirman que esta situación ha supuesto un problema añadido a un mercado «que ya contaba con dificultades». La compañía señala el mal momento de fábricas como la de Avilés o La Coruña y baraja la posibilidad de realizar ajustes laborales en su plantilla.

En este sentido, fuentes de la patronal del metal, Confemetal, añaden que las exportaciones chinas son «cada vez más competitivas», gracias a factores como la reciente devaluación del yuan. Es un factor que puede repercutir al sector del metal en España, que no compite en igualdad de condiciones. «China tiene un mercado muy particular, con unos costes muy inferiores tanto en el ámbito laboral como en el medioambiental», aseguran desde Confemetal.

En cuanto al descenso de la demanda interna china, desde la patronal del metal apuntan que el verdadero peligro de este hecho es que genere un «efecto dominó» en el resto de economías emergentes. Según aseguran desde Confemetal, en el caso de que la crisis china alcance a Brasil o Rusia la repercusión en la industria española sería exponencialmente mayor, debido al gran número de inversiones nacionales en estos países.

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