Rusia es uno de los mayores afectados por la bajada del petróleo debido a que su presupuesto depende en un 50% de las exportaciones de crudo
Rusia es uno de los mayores afectados por la bajada del petróleo debido a que su presupuesto depende en un 50% de las exportaciones de crudo - archivo

El petróleo asfixia a los países productores y da aire a importadores como España

El Brent cayó ayer un 6%, hasta los 42,69 dólares, y el Texas un 5,5%, a 38,24 dólares

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Los precios del petróleo siguen cuesta abajo y sin freno, fundamentalmente, por un exceso de la oferta y un descenso de la demanda. El tipo Brent acabó ayer a 42,69 dólares el barril tras bajar un 6% en el mercado londinense -mínimo desde enero de 2009- y el tipo Texas a 38,24 dólares (-5,5%). El primero de ellos, de referencia para Europa, está claramente por debajo de como comenzó el año (52,88 dólares) y, desde los máximos alcanzados en mayo (66,43 dólares), ha caído hasta hoy un 36%.

Este fuerte descenso de la cotización del crudo en los mercados internacionales no está afectando por igual a todas las economías. Para la mayoría de los países importadores de hidrocarburos y los muy dependientes energéticamente hablando, como es el caso de España, supone un balón de oxígeno y sólo repercute negativamente en un gran número de las naciones productoras, pero no en todas.

Arabia Saudí y EE. UU.

Es el caso, por ejemplo, de Arabia Saudí, históricamente el mayor productor de crudo hasta que hace unos meses Estados Unidos le arrebató el primer puesto. La monarquía saudí emprendió hace un año la estrategia de hundir los precios del petróleo para paralizar las nuevas explotaciones de «fracking» (técnica que recupera el crudo impregnado en las rocas) en Norteamérica. La apuesta le ha salido bien hasta ahora, ya que el mismo barril de Brent que en junio de 2014 costaba 115 dólares, en enero de 2015 valía 48 dólares. Esto ha provocado que numerosas explotaciones de «fracking» hayan tenido que suspender sus actividades, ya que para que sean rentables el precio del petróleo debe estar por encima de los 60 o 70 dólares.

Esta estrategia, que Arabia Saudí puede aguantar durante un largo periodo de tiempo porque su boyante economía se lo permite, está llegando al límite, ya que se ha visto agravada por la notable caída de la demanda mundial de crudo, lo que ha empujado aún más a la baja los precios.

Por su parte, Estados Unidos encarna los dos lados de la moneda. Mientras su producción de petróleo se está frenando y numerosas empresas están paralizando sus inversiones, lo que está ocasionando también la pérdida de muchos puestos de trabajo, sus elevadas importaciones de crudo son más baratas.

China también ofrece situaciones muy diferentes, ya que aunque es uno de los principales «culpables» de la caída de la demanda mundial no sólo del petróleo, sino de todas las materias primas -cuyos precios se encuentran en mínimos de 16 años-, bien es cierto que el desaceleramiento de su economía se está viendo suavizado precisamente por el descenso de las cotizaciones del crudo, ya que es uno de los mayores importadores y el coste de las mismas se ha abaratando notablemente. Por este mismo motivo, India podrá mantener sus previsiones de crecimiento por encima del 7% para este año.

Rusia es uno de los mayores afectados por la bajada del petróleo debido a que su presupuesto depende en un 50% de las exportaciones de crudo. Con los actuales precios, el Estado ingresa muchos menos por las ventas de hidrocarburos y, además, se ha visto obligado a parar algunos proyectos porque no son rentables. Algo parecido le sucede a México, que ha visto cómo su principal cliente, Estados Unidos, ha reducido notablemente sus importanciones de hidrocarburos.

No obstante, la peor situación en aquella zona del globo se da en Venezuela. A su maltrecha economía se ha sumado el descenso del crudo. Un país cuyos ingresos dependen en más de un 90% del petróleo y que para cubrir su balanza fiscal el crudo debería tener un precio por encima de los 160 dólares.

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