El holandés Jeroen Dijsselbloem, actual presidente del Eurogrupo, junto a Luis de Guindos
El holandés Jeroen Dijsselbloem, actual presidente del Eurogrupo, junto a Luis de Guindos - afp

De Guindos necesita más apoyos que el de Merkel para llegar a presidir el Eurogrupo

España busca recuperar posiciones pero, su «contrincante», el holandés Jeroem Dijsselbloem, tiene sus propios planes

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Ha sido elegido el político del año en Holanda y a pesar de los desastrosos resultados de su partido en las elecciones regionales de la semana pasada (los laboristas perdieron 6 de los 14 escaños que tenían en el Senado), el ministro de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, ha empezado a hacer cálculos para su futuro político, que pasan sin duda por mantener la visibilidad que le proporciona el cargo de presidente del Eurogrupo. Su mandato termina en julio de este año, pero ha decidido presentarse a la reelección contra todo pronóstico, en contra de las aspiraciones de su colega español Luis de Guindos.

Cuando el presidente del Gobierno Mariano Rajoy confirmó en el último Consejo Europeo del pasado viernes que De Guindos competirá con Dijsselbloem, estaba diciendo que piensa ganar las elecciones a fin de año y que, además, tiene pensado mantenerle al frente del Ministerio de Economía

, a diferencia de Dijsselbloem, que está pensando en utilizar el puesto como trampolín para su propia carrera política en Holanda.

Para el holandés, las elecciones regionales han dejado al Gobierno de coalición entre liberales y socialistas en una situación muy delicada, porque ha perdido la mayoría en el Senado. El debate de los presupuestos de 2016 empezará en agosto, para evitar una sorpresa que hiciera caer el gobierno y provocase unas elecciones anticipadas que nadie desea. Nadie excepto los dirigentes que esperan recoger los frutos de la recuperación económica. En Holanda los indicadores de confianza en los consumidores han vuelto a zona positiva por primera vez desde 2007 y los holandeses empiezan a mirar con simpatía a este joven socialdemócrata, que podría ser el sustituto del líder laborista Diederik Samson.

Cuando fue elegido para el cargo en enero de 2013, Dijsselbloem empezó con una intervención muy discutida en el planteamiento del rescate a Chipre. También se había ganado la animadversión de su antecesor y actual presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, con sus irreverentes bromas sobre los hábitos del luxemburgués. Pero su actuación implacable en las negociaciones con el nuevo gobierno populista griego le ha servido para rehacerse y ahora ha vuelto a sentir el apoyo de varios de sus colegas. El año pasado cuando visitó España, la canciller Angela Merkel dijo que Guindos le parecía «un candidato excelente» para el puesto, pero ahora fuentes diplomáticas han recordado que el voto de Alemania no basta y que el que quiera el puesto tendrá que recabar los apoyos necesarios para obtener una mayoría entres los 19 países del Eurogrupo.

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