El magnate hongkonés Li Ka-shing
El magnate hongkonés Li Ka-shing - abc

Li Ka-shing, de vender flores de plástico a ser la mayor fortuna de Asia

A sus 86 años, al magnate hongkonés le siguen apodando el «Superman» de las finanzas chinas por su olfato para los negocios

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A sus 86 años, al magnate hongkonés Li Ka-shing le siguen apodando el «Superman» de las finanzas chinas. Primero por su fortuna de 34.600 millones de dólares (30.635 millones de euros), la mayor de Asia según la revista «Forbes», y luego por su olfato para los negocios. Un sexto sentido empresarial que ha llevado a su gigantesco consorcio, Hutchison Whampoa, a comprarle a Telefónica su filial británica O2 por unos 13.500 millones de euros.

Con esta venta, Telefónica pretende consolidarse en Brasil, Alemania, México y España mientras que el grupo Hutchison liderará el mercado de móviles en el Reino Unido porque ya poseía la operadora Three. Tras la operación se halla Sir Li Ka-shing, el undécimo hombre más rico del mundo.

Su empresa, Hutchison Whampoa Limited, que compró al banco HSBC en 1979 y emplea a 250.000 trabajadores en 55 países, controla el 12% del tráfico de contenedores de mercancías que se mueven por los puertos del mundo. Además, Li Ka-shing dirige la inmobiliaria Cheung Kong Holdings y está al frente de un imperio que incluye negocios en el sector bancario, las telecomunicaciones, las ventas en farmacias y supermercados y hasta en la producción eléctrica o en la hostelería.

Pero Li Ka-shing, una de las figuras más influyentes de Asia, no siempre fue rico. De hecho, sus orígenes son muy humildes, pues el hoy todopoderoso empresario nació el 29 de julio de 1928 en Chaozhou, en la provincia china de Guangdong, en el seno de una familia pobre. Su padre, maestro de escuela, emigró en 1940 a la colonia británica de Hong Kong huyendo de la inestabilidad que sufría el país, envuelto primero en la lucha contra la ocupación japonesa y sacudido después por la Guerra Civil que enfrentó al Generalísimo Chiang Kai-shek con el revolucionario comunista Mao Zedong.

Al tiempo que este último se alzaba con la victoria y fundaba la República Popular China en 1950, Li Ka-shing fundaba en Hong Kong su propia compañía, Cheung Kong Industries, y se lanzaba de lleno en un negocio tan inocente como, a la postre, rentable: la fabricación de flores de plástico. Una actividad a la que se había visto abocado después de su padre muriera de tuberculosis cuando él tenía 15 años, momento en que tuvo que dejar el colegio para trabajar en una fábrica donde se pasaba 16 horas al día.

Gracias a su éxito con las flores de plástico, dio el salto al sector inmobiliario, donde multiplicó su fortuna. Para ello, la «Revolución Cultural» que sacudió a China entre 1967 y 1977 se alió con él, ya que esa atroz década de fervor comunista y persecuciones políticas en el continente también se dejó sentir en Hong Kong, donde se vivieron las más violentas revueltas de su historia y muchos abandonaron la colonia británica.

Los precios de la vivienda y el suelo se desplomaron y Li Ka-shing, previendo que aquella inestabilidad sería temporal, adquirió como si fueran saldos unos inmuebles y terrenos que después le harían de oro. Con el dinero ganado, amplió durante los años 70 y 80 su empresa a otras parcelas, destacando la adquisición del grupo Watson con sus miles tiendas de belleza y perfumerías y de otras cadenas como los supermercados Parknshop.

Viudo ya, este magnate ha tenido dos hijos que han heredado su visión para los negocios. Uno de ellos, Victor Li, trabaja con él y sufrió un secuestro en 1996 por el que su padre tuvo que pagar un rescate millonario, mientras que el otro, Richard, dirige PCCW, líder en las telecomunicaciones de Hong Kong.

De carácter austero y prudente, Li Ka-shing destaca por su filantropía, como prueban la fundación que lleva su nombre, la universidad que creó en la ciudad china de Shantou y sus numerosas donaciones para obras de caridad. Bien relacionado con el régimen de Pekín, este emperador de las finanzas ha contribuido desde Hong Kong al ascenso de la nueva China.

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