«Rosell ha hecho fuertes ajustes en CEOE pese a la resistencia interna»

José Antonio Segurado, veterano empresario, cuenta en su haber el poner en marcha en la recién estrenada democracia, en 1978, la asociación empresarial de Madrid, CEIM. Hoy, como presidente de honor-fundador de CEIM y miembro de la junta directiva y del comité ejecutivo de CEOE, organización que impulsó, opina sobre las próximas elecciones en la patronal.

-El día 17 hay elecciones en la CEOE con un ambiente un tanto enrarecido tras las dimisiones de dos de sus vicepresidentes, Jesús Terciado y Arturo Fernández, tras verse implicados en escándalos de corrupción. ¿Cuál de las dos candidaturas (Rosell-Garamendi) cree que responderá mejor a la regeneración y lavado de imagen que necesita la patronal?

-Apoyo a Juan Rosell por su enorme experiencia al frente de Fomento, una de las dos grandes patronales, con CEIM, de España, por la labor de estos cuatro años en CEOE y su programa de futuro.

España necesita personas serias al frente de las instituciones. Las dimisiones de los dos vicepresidentes han tenido causas muy diferentes. Jesús Terciado fue invitado a dimitir por la junta directiva de Cepyme a la que representaba en CEOE, porque primero dijo que no cobraba y luego que sí, lo que es una incoherencia absoluta. Arturo Fernández había propuesto a los órganos de gobierno de CEIM una retirada ordenada que le permitiese cumplir sus compromisos con CEIM y dedicar más tiempo a sus empresas. La propuesta fue aprobada por unanimidad en el comité ejecutivo y por 94 votos a favor, seis en contra y ocho abstenciones en la junta directiva. Días después se conoce que utilizó, como consejero de Bankia, una tarjeta de crédito «B», durante dos años y gastó unos 39.000 euros. Devolvió el dinero, pero se equivocó al afirmar que había declarado a Hacienda e informó a los órganos de gobierno de CEIM que renunciaría a la presidencia el día 18.

-¿No cree que la nueva directiva debería tomar medidas para dejar claro que la patronal es totalmente intransigente con la corrupción?

-Sin duda ninguna, la prisión de Gerardo Díaz Ferrán perjudicó mucho a la CEOE. Es un tema muy triste para mí porque fuimos amigos durante cuarenta años. Pero no es solo lo que hay que hacer, sino lo que ya se ha hecho. La CEOE con Rosell ha aprobado con una amplia mayoría unos estatutos impecables, un código ético y un reglamento de régimen interior que se aprobará en la asamblea general. Es curioso que cuando se preguntó por escrito hubo un 93% que aprobó el reglamento, el código ético y estatutos, pero cuando se les dijo que lo hicieran en su organización solo un 27% se muestra favorable.

-¿Qué destacaría de la gestión de Rosell durante estos cuatro años?

-El acuerdo con los sindicatos para 2012-2014 de limitación salarial, potenciar el convenio de empresa, la influencia sobre el Gobierno en la reforma laboral y las cifras. Cuando Rosell llegó a la CEOE en 2011 los ingresos eran de 21,9 millones y este año serán de 16,7 millones, un recorte del 23,7%. Los gastos se han recortado en 5,8 millones en el mismo periodo, más de un 25%. Y los gastos de personal han pasado de 9,6 millones a 6,9 millones, lo que supone un ajuste del 28%. Y se ha pasado de 202 empleados en todo el grupo a 134, un 33,6% menos. Rosell, pese a la resistencia pasiva del equipo directivo anterior, que heredó, aplica criterios empresariales de reducción de gastos y de personal y además modifica el equipo directivo, de modo que hoy solo quedan el secretario general y otra persona. Y se encuentra que Juan Jiménez Aguilar, secretario general anterior, había contratado un seguro, del que CEOE había pagado seis millones, y ese seguro fijaba que había que dar una indemnización de 600.000 euros a cada directivo cuando se fuera, lo que significa 11 millones de los fondos de CEOE sin aprobación de los órganos de gobierno. Puede imaginarse las dificultades que ha tenido Rosell para funcionar así.

-Una de las críticas que se les hace a Rosell y al empresariado en general es no haber denunciado los riesgos de la ruptura de España. ¿No cree que debería haber mandado un mensaje más contundente sobre los riesgos de la independencia de Cataluña?

-No es ningún secreto que en los primeros momentos Rosell no fue lo suficientemente claro. Tres meses después rectificó y defendió la unidad política y económica, con la unidad de mercado de España, igual que lo ha hecho el reelegido presidente de Fomento, Joaquin Gay.

-¿Cómo está la economía española y qué riesgos hay de futuro?

-La recuperación y la creación de empleo son un hecho indiscutible. Las cifras y los inversores lo prueban. Hay temas pendientes, como la deuda, el control del déficit y el estancamiento europeo. Y el camino a ninguna parte del presidente Mas y la falta de experiencia política de Pedro Sánchez no ayudan. La prueba es que los inversores le han dado ya varios toques de atención a Cataluña. Y me preocupa que profesionales como el consejero de Cataluña presente un presupuesto que, para cuadrarlo, introduce como ingreso una deuda histórica de más de 2.000 millones que nadie reconoce. Y me preocupa la mezcla de marxismo y demagogia de Pablo Iglesias y su equipo.