El Santander fuerza la salida de Rato tras el caso de las tarjetas «B» de Caja Madrid

Banco Santander ha forzado este viernes la salida de Rodrigo Rato, implicado en el caso de las tarjetas «B» de Caja Madrid y señalado por el juez como uno de los responsables de ese sistema opaco, mes y medio después de desvelarse ese escándalo. Para ello, ha optado por disolver el consejo asesor internacional, del que formaba parte el exvicepresidente del Gobierno. Con esta decisión, la entidad presidida por Ana Botín rompe su relación laboral con el expresidente de BFA-Bankia y con los otro 11 miembros no ejecutivos que integraban ese órgano creado en 1997.

La entidad cántabra fichó en septiembre del año pasado a Rato, que ya había sido asesor del banco desde que dejó el FMI en 2008 y hasta que asumió la presidencia de BFA-Bankia en 2010,

encargándole la tarea de aportar ideas para el diseño, desarrollo y puesta en marcha de la estrategia del banco a nivel global, así como sugiriendo nuevas oportunidades de negocio. El banquero, que no formaba parte del consejo de administración del grupo, solo cobrabra por la asistencia a las dos o tres reuniones anuales que celebraba ese órgano y no tenía un sueldo fijo.

Rato ya se encontraba entonces imputado por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que investiga el caso Bankia y le imputa presuntos delitos de estafa, apropiación indebida, falsificación de cuentas anuales, administración desleal, maquinación para alterar el precio de las cosas y delitos societarios. Y por tanto ya entonces la primera entidad financiera del país empezó a ser preguntada por el futuro de su asesor. «Contar con Rodrigo Rato para el consejo asesor internacional es un lujo para el Banco Santander», defendía por aquellas fechas el consejero delegado del grupo, Javier Marín.

El pasado mes de octubre se descubrió que 83 exconsejeros de Caja Madrid y BFA-Bankia, entidades que Rato presidió, gastaron más de 15 millones de euros mediante tarjetas de crédito sin declarar ni justificar. La justicia señaló entonces a Rato, que hizo gastos irregulares por 99.000 euros, y a Miguel Blesa (423.000 euros) como responsables último de ese sistema de gastos en negro y le impuso fianzas de responsabilidad civil por tres y 16 millones respectivamente. Preguntado sobre el futuro de Rato en la entidad, Marín rechazó a principios de este mes, durante la presentación de resultados del grupo, hacer cualquier declaración, pero habló de la necesidad de «extirpar de la sociedad a las manzanas podridas».

Antonino Fernández, expresidente del grupo Modelo en México presidía ese consejo asesor, del que también formaban parte Lord Terence Burns (Channel Four Television Corporation), Bernard de Combret (Total Trading Geneve), Antonio Escámez (Fundación Banco Santander), Carlos Fernández (grupo Modelo), Santiago Foncillas (Dragados), Richard N. Gardner (exembajador de EE.UU. en España), George Mathewson (RBS), Fernando Masaveu (grupo Masaveu), Francisco Pinto (ex primer ministro de Portugal) y Luis Alberto Salazar-Simpson (Orange España). El Santander enmarca la disolución de este consejo en la «reconfiguración de las relaciones de asesoramiento que tiene institucionalizadas» para adaptarlas a un nuevo escenario global, de negocio y regulatorio.

Rato se incorporó también en enero de 2013 a Telefónica como consejero asesor para Europa e Iberoamérica, también sin funciones ejecutivas y cobrando únicamente dietas por su asistencia a las reuniones a las que le requiera la compañía presidida por César Alierta. La «teleco», hasta la fecha y a pesar de toda la presión social, no ha tomado una decisión al respecto y lo mantiene en la compañía.