La banca aconseja a Endesa reducir el porcentaje de su salida a Bolsa

Ante la incertidumbre vivida por los mercados durante las últimas semanas, los inversores se muestran cautos frente a cualquier operación de venta futura. Es el caso de la colocación del 22% que tiene prevista realizar Endesa el próximo mes de noviembre. Tras su gira («road show») por las principales plazas inversoras del mundo -hasta el momento, Londres y Estados Unidos, luego, Fráncfort y París- la banca de inversión asegura que las condiciones de la colocación deberían variar para asegurarse el éxito de la colocación.

Según ha podido saber ABC, algunos inversores internacionales, muy preocupados por las dudas sobre una tercera recesión en Europa y la crisis de los emergentes, preferirían ser más cautos y recomiendan a la matriz de la eléctrica española, Enel, rebajar el objetivo inicial de colocar 3.000 millones de euros (su valor estimado para ese 22% que quieren colocar) y reducirlo a la mitad, al 11%, unos 1.500 millones.

Ahora bien, desde la sede italiana aseguran a este periódico que el diseño de la operación no ha variado aún y que se mantiene, de momento, el anunciado por el consejero delegado de Enel, Francesco Starace. Las tres opciones que planteó el primer ejecutivo de la italiana antes de verano consistían en lanzar una OPV (Oferta Pública de Venta) por el 22% de la eléctrica española (que es la opción que tiene sobre la mesa el consejo de Endesa, a expensas de aprobarla por los accionistas); retirarla del mercado bursátil mediante un «delisting», o dejarla tal y como está.

Fuera del orden del día

Pero la OPV no se tratará en la junta general de accionistas que celebra Endesa hoy a partir de las 12 horas. En el orden del día, en primer lugar, está aprobar la venta de los activos latinoamericanos a su principal accionista. Los activos de Endesa en Iberoamérica colgarán directamente de Enel Energy Europe, que tiene su sede en Madrid, y que es la actual titular del 92% de Endesa. El resto de acciones están repartidas en un 4,2% en manos de fondos extranjeros; un 0,8%, de fondos españoles, y un 3%, de accionistas minoritarios (unos 180.000).

A la par, se anunció que los ingresos de la operación irían al reparto de un dividendo extraordinario de 7,8 euros en efectivo, el mayor de la historia española, que también se votará en esta junta y que es más que probable que se dé el visto bueno de forma unánime. Se trata del reparto de 14.606 millones de euros en dos dividendos sucesivos (8.253 por la venta de activos y 6.353 de uno extraordinario). Los dos dividendos se pagarán el próximo 29 de octubre, de los que unos 13.400 millones irán para Enel.

Endesa planteará también a sus accionistas la aprobación de otro dividendo ordinario a cuenta de los resultados de 2014 de 0,76 euros por título -800 millones de euros-, cantidad que aumentará en un 5% anual en 2015 y 2016, respectivamente. Por último, la junta abordará el nombramiento del español José Bogas como consejero delegado de Endesa en sustitución del italiano Andrea Brentan.

Con ello, Enel parece querer reflejar la españolidad de su filial como contrapeso a la absorción de los activos americanos por la que ha recibido duras críticas. De ellas es muy consciente el presidente de Endesa, Borja Prado, aún hoy hombre de confianza en España.