La expresidenta de Fundación Caja Madrid, Carmen Cafranga
La expresidenta de Fundación Caja Madrid, Carmen Cafranga - abc

La presidenta de la Fundación Caja Madrid dimite tras gastar 175.200 euros con tarjetas en negro

Carmen Cafranga defiende la legalidad del sistema de tarjetas pero se compromete a devolver las cantidades gastadas si «la clarificación jurídica» del caso da lugar a ello

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El caso de las tarjetas en negro de Caja Madrid y Bankia, por el cual 86 exdirectivos cargaron 15,25 millones de euros en gastos personales a las cuentas de la entidad, empieza a traducirse en dimisiones. La primera ha sido la del director general de Economía de la Comunidad de Madrid, Pablo Abejas, a quien Ignacio González ha cesado. A él se suma ahora la presidenta de la Fundación Caja Madrid, Carmen Cafranga, que había hecho uso de su tarjeta por 175.200 euros.

Cafranga, que en 2003 entró en la comisión de control de la caja en representación de la Fundación y en 2010 ascendió al consejo de administración, ha motivado su salida como una forma de «preservar los intereses» de la Fundación Caja Madrid a la vista de los hechos desvelados.

Defensa del sistema de tarjetas

La ya exdirectiva, nieta y heredera de Carmen Pardo y que según su curriculum «lleva casi cuarenta años de su vida dedicada a la atención de colectivos con problemas de inserción social», se va defendiendo en todo caso su actuación —ha dicho tener la «firma convicción» de haber actuado siempre con «plena legalidad»— y la legalidad del sistema de compensación de Caja Madrid a sus directivos, en el que la Fiscalía ve indicios de delito.

«Es un modelo generalizado en este tipo de entidades y en numerosas empresas y estaba sometido a los más rigurosos sistemas de control y fiscalización, tanto internos como del Banco de España y de los demás organismos supervisores y reguladores competentes», explica, y añade que los servicios jurídicos que ha consultado «descartan cualquier irregularidad de tipo penal».

«Poner en cuestión que el sistema se hacía con plena legalidad, con gestión propia de la entidad y con absoluta transparencia, ya que precisamente el modelo de las tarjetas de empresa aseguraba el máximo control, choca con una realidad acrisolada en el tiempo», dice en un comunicado, y añade: «han pasado por la entidad Caja Madrid un conjunto de personalidades que han utilizado las tarjetas de empresa y cuya probidad es incuestionable».

Devolución del dinero gastado

En todo caso, Cafranga se compromete a «hacer voluntariamente las reparaciones a las que hubiere lugar si a la luz de la clarificación jurídica de los hechos hubiere lugar a ello». Eso sí, la fundación, a través de Bankia y del FROB, tenía constancia desde el pasado junio de la investigación en curso y que podía reclamar a los 86 exdirectivos las cantidades cargadas entre 2002 y 2011.

Ayer mismo, preguntada por este periódico, la dirección de la antigua Caja Madrid respondía que estaba «realizando actuaciones de comprobación y hasta que no se finalicen no se tomará una decisión» sobre reclamar o no la devolución de esos importes.

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