La conquista mundial de Rafa Nadal

Después de cada derrota de Rafael Nadal se disparan las alarmas porque no es común ver al balear con cara triste. La última ha llegado en Wimbledon, superado en la segunda ronda del torneo británico por Dustin Brown. Fue el pasado jueves y aún hay murmullos porque el año no está siendo el mejor, y más si se tiene en cuenta su palmarés. Y ahí es cuando se reivindica el español, campeón de 14 grandes y con una magnífica hoja de servicios.

En su carrera, repleta de alegrías y éxitos, Nadal puede presumir de acumular 740 victorias, brutales las cifras que le elevan al grupo de los elegidos. Y las ha logrado manteniendo siempre su estilo, brillante evolución desde que irrumpió con fuerza en el circuito.

Por contra, sólo hay 152 derrotas. [Especial Rafa Nadal]

Nadal, que ha estado 141 semanas en el número uno, es ahora el 10 de la ATP, pero se le abre el horizonte en esta segunda fase de la temporada. Hay mucho por ganar y Nadal, desde la obligación, se mentaliza para volver a alzar el vuelo y asear una temporada menos brillante que de costumbre.

Sin embargo, él mismo dijo en ABC, en una entrevista concedida en abril, que su carrera ya estaba hecha y que todo lo que viniera a partir de ahora es un premio inesperado. Ni siquiera siendo un niño era capaz de imaginarse con tantos trofeos en su estantería. Nadal es único.

Son 66 títulos y los hay en todas las superficies y en 18 países distintos. Desde Sopot (Polonia), primer rincón del planeta conquistado en 2004, el balear ha rozado la perfección, capaz de adaptarse a mil situaciones distintas. Está considerado por todos como el mejor tenista de la tierra y lo evidencia con las cifras, pues ha conquistado nueve veces Roland Garros. Son 46 mordiscos en arcilla, una barbaridad.

Además, Nadal ha ganado 14 Grand Slams, segundo en esa clasificación por detrás únicamente de Roger Federer, y tiene 27 Masters 1.000, más que nadie en el mundo. Tiene 16 títulos en cemento (dos bajo techo) y cuatro en hierba, uno de ellos logrado este año en Stuttgart. Es su última alegría, pero espera muchas más.