Djokovic, con el trofeo de campeón en Indian Wells
Djokovic, con el trofeo de campeón en Indian Wells - AFP
Indian Wells

Djokovic tumba a a Federer

El serbio se proclama campeón por cuarta vez de Indian Wells al vencer por 6-3, 6-7 (5) y 6-2 a un suizo que se hundió al final

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En el desierto californiano, impulsado por una pista que da sentido a su tenis, Novak Djokovic alza los brazos como un gigante, campeón por cuarta vez de Indian Wells en un triunfo de número uno. Se impone el serbio a Roger Federer (6-3, 6-7 (5) y 6-2) en el otro clásico del domingo y de paso vuelve a evidenciar que anda en otro mundo, hoy por hoy superior al resto y con una renta tremenda para mantenerse una larga temporada en el ático. Es el mejor, pese a la resistencia de un rival interminable. [En directo, Djokovic-Federer]

Mientras el circuito mira con nostalgia a Rafa Nadal, ausente en estos momentos en las rondas finales de los grandes torneos, 2015 reedita la rivalidad con la que se despidió el curso pasado.

Djokovic y Federer se cruzan una y otra vez y se reparten los premios casi de forma gentil. Hace unas semanas, Federer triunfaba en Dubái y esta vez se invirtieron los papeles en Indian Wells.

Influye la pista, con botes que ayudan al tenis de Djokovic. El serbio arrancó con fuerza, juego en blanco de primeras, y siempre molestó el saque de Federer. Avisó varias veces hasta que aprovechó la quinta bola de break para romper. Esa renta fue definitiva y se apuntó la primera manga con autoridad.

Y parecía que se mantenía esa tónica en la segunda. En el tercer juego, el número uno del mundo quebró al helvético, aparentemente desbravado. Sin embargo, al campeón de 17 grandes jamás se le puede dar por vencido y lo volvió a demostrar cuando Djokovic rozaba la victoria. Emoción y entrega en el desierto.

Federer estuvo contra las cuerdas, pero renació al recuperar la desventaja en el octavo juego y se llevó la pelea al tie break. Y ahí templó mucho mejor la situación y niveló el duelo, eufórico en su grito que le colocaba con set iguales. Volver a empezar, una oportunidad para el genio suizo.

Pasó a ser una final de nervios. Pese al zarpazo recibido, Djokovic, que destrozó una raqueta, se recompuso y se puso con 2-0 en el tercer parcial, aunque enseguida se le esfumó esa ventaja. Sin embargo, la final ya no seguía ningún patrón y el serbio volvió a estirarse hasta el 4-2 y saque. Esta vez sí, esta vez sería definitivo.

Le sirve el triunfo para sumar el segundo título de la temporada (ganó el Abierto de Australia) y para defender los 1.000 que conquistó hace un año. El calendario le lleva ahora a Miami y después empieza la gira europea por la tierra. Y eso es lo que motiva a Djokovic, obsesionado con Roland Garros para cerrar el círculo.

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