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MotoGP | GP de San Marino

Márquez, el más listo en la locura de Misano

Gana el español con Rossi en quinta posición, que se aprovecha de la caída de Lorenzo para aumentar la ventaja en el Mundial

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En el motociclismo, además de velocidad y adrenalina, también hay un factor importantísimo que escoge entre la victoria o la caída: la decisión tomada ante lo azaroso del destino. Por azar llovió en Misano, por azar decidió Marc Márquez entrar a cambiar de moto una vuelta antes que Jorge Lorenzo, por azar lo hizo Valentino Rossi un giro después que el balear. Por azar, a Lorenzo le tocó irse al suelo en los primeros metros con los neumáticos de seco por el todavía algo húmedo asfalto de Misano. Por azar, Márquez se encontró con una victoria donde nunca lo había conseguido antes. Por azar, Rossi, siendo quinto, primera carrera del año fuera del podio, aumenta la ventaja en el Mundial

sobre su compañero de equipo. Decisiones.

[ Así hemos contado la carrera]

Salía con alas Rossi, las escondió Lorenzo. Nadie de Yamaha había sabido o querido decir qué aportaba a las M1, o si realmente eran efectivas de alguna forma. Salía Rossi con la batalla psicológica dibujada en su caso. Un pececito en el frontal, él, perseguido por un tiburón, Lorenzo. Una forma irónica de meter la presión en su rival, doce puntos por debajo en la clasificación general.

Con algunas gotas de lluvia arrancaron los pilotos desde la parrilla en este Gran Premio de San Marino, con Lorenzo (1:33) ganando centímetros en una salida limpia al que solo le pudo seguir Márquez. Por detrás, Rossi trataba de no ser superado por un agresivo Dani Pedrosa que lo intentó desde la primera vuelta. El mago italiano hizo que lloviera en Silverstone para subirse a la primera plaza y recuperar el Mundial. En Misano tuvo 92.000 almas que bailaron la danza de la lluvia para animar el espectáculo, para tratar de ayudar a su rey, «Il Dottore», e impulsar su carrera hacia su décimo cetro.

La bandera blanca señaló a los pilotos que podrían entrar a cambiar de moto con los neumáticos de agua cuando quisiera por lo que la estrategia inicial del fin de semana saltó por los aires en todos los garajes. Fueron unas primeras vueltas de la cautela, con Lorenzo en una primera posición incómoda porque se enfrentaba a lo desconocido: ¿cuánta agua hay en la siguiente curva? ¿Cuándo hay que cambiar la moto? La cautela hizo que los tres primeros, Lorenzo, Márquez y Rossi, aguantaran una vuelta más que el resto de pilotos para saltar a la siguiente máquina. Los tres, a la vez, bajaron la velocidad por precaución; los tres, a la vez, decidieron entrar y comenzar una nueva carrera.

Una en la que Márquez pudo acercarse a Lorenzo hasta superarlo e iniciar una nueva batalla contra sí mismo, contra un año en el que ya decidió que no podía seguir trabajando y que todo lo que consiguiera en estos últimos grandes premios sería para encarar con más garantías la próxima campaña. No obstante, la fiabilidad de la moto, las cuatro caídas del curso y la falta de confianza que esto genera obligó al bicampeón del mundo a pilotar con tanta precaución que decidió irse recto en la curva ocho a falta de 18 vueltas y dejó el espacio libre para que Lorenzo recuperara la carrera.

Mucho más precavido se mostró Rossi, que no quiso arriesgar ni un ápice y dejó que los dos españoles le llevaran ventajas de hasta casi cuatro segundos. Pero se fue animando cuando vio que Márquez no iba a dejar de intentar luchar por la victoria. El 93 molestaba a Lorenzo, ambos pilotaban con la velocidad controlada por el respeto al agua (1:50) y aprovechó el italiano para disparar los vítores de la grada al pegarse a la rueda del piloto de Cervera y superarlo con ritmo y con ambición.

El rugido de los aficionados alimentó todavía más el espectáculo de las Yamaha, en lucha directa por el título mundial. El pececito fue quien acosó al tiburón con todavía 14 vueltas por delante. A 12 el pececito se comió al tiburón y se pudo delante con mucho ritmo y más adrenalina que le contagió una grada completamente amarilla. Pero el Gran Premio todavía guardaba un giro más en los acontecimientos pues la lluvia cesó y todos los que habían hecho el doble cambio de moto rodaban hasta diez segundos más rápido que los de cabeza.

Otra decisión que deben tomar a más de 200 kilómetros por hora, por mucho que las pizarras y los técnicos recen para que su piloto entre. Frenar, acelerar, girar, mirar a los rivales, comprobar la lluvia, la estrategia, las opciones de victoria, de caída, de puntos. Fue Márquez quien decidió entrar mientras Rossi desgastaba la goma de delante y Lorenzo circulaba demasiado lento como para sus opciones de triunfo. El balear decidió cambiar en la siguiente vuelta. Rossi siguió en solitario un giro más.

Una vuelta más que supuso la cara y la cruz para ambos pilotos de Yamaha. Lorenzo rodó apenas unos metros con los neumáticos secos sobre el todavía un poco mojado asfalto de Misano cuando dio con su moto en el suelo. Primera caída del curso, primer cero en el casillero del año en el peor momento de la temporada. Rossi, sin embargo, aguantó en carrera para alcanzar once puntos de su quinta plaza. Un arañazo más en el Mundial aunque se baje del podio por primera vez en el año. Ya son 23 los que le distancian de Lorenzo, un pasito más cerca de su décimo cetro.

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