Ganó con contundencia y brillantez. Ni la amenaza de lluvia ni Federico Delbonis pudieron con él. Pero Rafa Nadal tuvo otro enemigo en la pista 1 del Centro Olímpico de Río: el luminoso marcador. La situación no era la apropiada para jugar a tenis, y así se lo indicó al juez de silla en un inicio de partido en el que el balear se mostró incómodo en la pista.
«Está situado demasiado centrado y cuando se golpea desde esa zona se pierde de vista la pelota. Está en medio de la pisa. Hay mucho brillo y la luz impide la visión. Si la Federación Internacional no sabe eso, apaga y vámonos», afirmó el balear, que incluso tuvo que cambiar su juego para adaptarse a la situación.
«No saqué abierto porque no veía la pelota cuando llegaba el resto desde ese lado. Así no se puede jugar. No es una cuestión de la instalación, sino que afecta al juego en sí. No se puede jugar perdiendo de vista la bola. No se puede y el juego se vuelve injusto».
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