En el partido que cerró la jornada del sábado, Portugal enseñó durante buenos minutos su verdadero potencial. Jugando bien, con mucho ritmo ante una Austria que no salió a encerrarse. Al contrario, los centroeuropeos quisieron pugnar de inicio por llevar la iniciativa, estructurando el juego desde atrás pero con problemas porque seguramente no tenían sobre el terreno de juego el equipo ideal para ello.

Con más empuje y calidad, Portugal confirmó que tiene la capacidad para tener la pelota y generar muchas situaciones de peligro, aunque le pudo la precipitación ante un rival replegado. En ciertos momentos los lusos no acabaron bien las jugadas, dando opción a las contras de su rival. Almer, portero de Austria, se convirtió en protagonista. Detuvo los intentos rivales y cuando no pudo hacerlo los palos le ayudaron a frenar el ímpetu luso.

Pero el gran triunfador de la jornada fue Bélgica, que se reinvindicó tras un primer encuentro decepcionante. El equipo de Marc Wilmots fue netamente superior a Irlanda y supo reflejarlo en el marcador. Creo que casi cualquier selección del mundo firmaría la posibilidad de contar con tres media puntas como Hazard, De Bruyne y Carrasco, además de tener arriba con un futbolista como Lukaku. Sin duda, uno de los equipos individualmente más fuertes del campeonato. Esta vez sí estuvo bien y funcionó como colectivo, presentando sus credenciales y dejando la clasificación más cerca. Un rival muy a tener en cuenta en octavos de final.

Este domingo disfrutaremos de la resolución del primer grupo del torneo. Francia se enfrenta a Suiza con la idea de pasar a octavos como primera. Las sensaciones de que han transmitido hasta ahora los anfitriones no son del todo convicentes, pero hay equipos que empiezan a mostrar su verdadera capacidad cuando llegan las eliminatorias. De inicio Francia tenía mucha responsabilidad y hoy es un buen día para enseñar su mejor cara ante una Suiza que tiene un buen equipo, con una mezcla de veteranía y juventud. Deschamps tiene a su disposición futbolistas para ser el primer equipo en hacer pleno de victorias.