Henrik Larsson , entrenador del Helsingborg , y su hijo Jordan fueron atacados por unos ultras del conjunto sueco después de que se consumara el descenso de categoría del equipo.
El desenlace del encuentro fue cruel. Después de que Jordan marcara el 1-2 a falta de diez minutos, dos goles de Mathisen en el último suspiro del encuentro provocó el descenso del Helsingborg y la ira de sus aficionados.
Las sillas comenzaron a caer desde la grada y varios radicales accedieron al césped donde zarandearon al delantero , al que trataron de despojar de su camiseta sin conseguirlo.
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