Selección española de fútbol

Villa, el azote español de la MLS

El «Guaje» no ha completado aún tres temporadas en la liga estadounidense y ya ha sido nombrado en una ocasión el MVP de la competición

David Villa en un partido de la MLS USA TODAY Sports
Luis Herrero-Tejedor

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«No, hombre. Yo no» . Con esa simple frase David Villa resumió su impotencia e incredulidad ante un cambio que nadie entendió. España jugaba su último partido en el Mundial de Brasil de 2014 contra Australia, ya sin posibilidades de clasificarse para octavos, y el máximo goleador de la historia de la selección gozaba de sus primeros y últimos minutos en aquella edición de la competición de selecciones por excelencia. De nada le sirvió anotar un gol durante la hora escasa que duró en el campo. Vicente del Bosque , más despistado que cruel, decidió sustituir al «Guaje», y la carrera de uno de los símbolos de la mejor generación de jugadores españoles de la historia titiló, amenazando con extinguirse.

«Ahora acaba el Mundial, he tomado la decisión de ir a la liga estadounidense y por tanto voy a estar sin competir unos meses. Por mí jugaría toda la vida, pero lo más normal es que acabe aquí (mi etapa en la selección) » dijo un desolado David Villa una vez acabado el encuentro. Se quedaba a tres partidos de llegar a la inmortal cifra de cien apariciones con la Roja. Parecía un Moisés que fenecía justo antes de poner un pie en la tierra prometida, tras haber guiado a su pueblo hacia el éxito. Remó mucho para morir en la orilla, o tal vez no.

El azote de la MLS

Porque en 2014 Villa emprendió una nueva aventura que le habría de llevar, tres años después, de vuelta a la lista de los elegidos . El 2 de junio de aquel año se convirtió en el primer fichaje de la historia del recién nacido New York City , y en su primer capitán. Junto a él aterrizaron otras grandes estrellas en el ocaso de sus carreras como Lampard o Pirlo . Todo parecía indicar que habían llegado a la ciudad que nunca duerme para cerrar su trayectoria futbolística de la manera más placentera posible, pero Villa no lo entendió de esa manera. Asumió la responsabilidad que el brazalete le otorgaba y ayudó a su equipo para que paulatinamente fuese consolidándose. Ahora es uno de los mejores jugadores de la liga estadounidense , una especie de LeBron del fútbol al otro lado del charco.

El capitán Villa celebra su MVP de la MLS con sus compañeros de equipo Michael Reaves

El New York City no debutaría en la MLS hasta 2015, por lo que el «Guaje» decidió aprovechar los meses de inactividad que le quedaban para jugar en el Melbourne City australiano. Sólo jugó cuatro partidos allí, en los que anotó dos goles, pero le sirvieron para probar suerte por primera vez lejos de Europa. Ya en Estados Unidos, descubrió que pese al gran desembolso que su equipo había realizado, aún estaban lejos de ser una plantilla competitiva. El reto de llegar a los playoffs era casi imposible , y lo máximo a lo que podían aspirar era a coger experiencia y aprender lo suficiente para los cursos posteriores.

Y 2016 fue su año . Los resultados comenzaron a llegar y el rendimiento de Villa a deslumbrar a todos los analistas «yanquis». Aquella no era la típica vieja gloria que había llegado para extinguirse en el bien conocido como «cementerio de elefantes». Haciendo historia, el «7» neoyorquino guió a su equipo hasta los primeros playoffs de su historia (de tan solo dos años de vida) tras anotar 23 goles en 33 partidos, y fue nombrado el MVP de la temporada regular . Un hito, desde luego, que no pudo prolongarse porque el New York City fue eliminado a las primeras de cambio por el Toronto FC.

Daba igual. El haber llegado hasta allí ya era una victoria. La mejora había sido inmensa y en tan solo una temporada los objetivos habían sido cumplidos sobradamente. En este 2017 las cosas van incluso mejor . El New York City va segundo en la conferencia este de la MLS, tan solo superado por el Toronto FC, y Villa encabeza la tabla de máximos goleadores de la competición con 19 goles en 25 partidos (el segundo en esa lista es Nemanja Nikolic, del Chicado Fire, con 16). Los playoffs parecen asegurados y el reto, esta vez, podría asemejarse más al de un equipo que aspira a levantar el trofeo más pronto que tarde. Aunque todo a su debido tiempo.

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