España-Italia

España, una final ante el enemigo de toda la vida

La selección, que llenará el Bernabéu, se juega su presencia en el Mundial ante Italia. El triunfo dejaría al equipo de Lopetegui a un paso de Rusia

Entrenamiento de la selección española en el Santiago Bernabéu Oscar del Pozo
Enrique Yunta

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Italia, la vieja Italia, la bella Italia, siempre aparece en la historia de España, imposible entender el fútbol sin este clásico de Europa que esta noche ofrece un precioso capítulo en el Santiago Bernabéu. Se llenará Chamartín, más de 80.000 gargantas para tararear el himno , y se llenarían dos estadios más porque la cita es de las serias, un partido de etiqueta que abre las puertas del cielo. Después de insulsas jornadas descubriendo países y rincones del continente, obligatorio el camino para todas las potencias, España e Italia pelean por el billete directo al Mundial que se entrega al vencedor del Grupo G, ahora mismo empatado en las alturas y pendiente, básicamente, de lo que pase este sábado en la capital. Si gana España , Rusia estará a la vuelta de la esquina, casi imposible imaginar otro escenario. Si empata, seguirá dependiendo de sí misma y tendrá que considerar la diferencia de goles en las tres jornadas restantes de esta fase de clasificación. Si pierde, desastre absoluto y, como condena casi segura, una repesca nada apetecible en noviembre. La selección, pues, tiene una final ante Italia, el enemigo de siempre.

De hecho, nunca se ha jugado tantas veces contra otro país , repetida la experiencia en 36 ocasiones (12 ganados por España, 13 empatados, 11 derrotas) y con momentos para recordar. Está la plata en los Juegos de Amberes, primer combate entre ambos. Se libró en 1934 la «batalla de Florencia», un doble duelo mundialístico con triunfo azul –eran locales– bajo sospecha por la permisividad de los árbitros. Renació la rivalidad con el codazo de Tassotti a Luis Enrique en Boston (1994) y la pifia de Julio Salinas justo antes de que Roberto Baggio despidiera al conjunto de Javier Clemente en el Mundial de Estados Unidos. Era cuando España, siempre favorita, nunca pasaba de cuartos, y esa tendencia derrotista cambió en 2008, cómo no, contra los italianos en la memorable tanda de penaltis de Viena, el mismo escenario en el que Fernando Torres encumbró después la obra de Luis Aragonés . Contra Italia, en la final de la Euro de 2012, España completó en Kiev el mejor partido que se recuerda de ese ciclo dorado (4-0), y contra Italia también se escribió el epílogo de la era Del Bosque el pasado verano en París. Son tantas veces que el fútbol no se entendería sin este derbi.

Italia y el Mundial de 1982

El de hoy es de los gordos por las consecuencias, y desde el vestuario español se apela al sentimiento, que también juega en noches así. « Nos jugamos un Mundial ante una grandísima selección . Jugamos en casa, en el Bernabéu, y esperamos el máximo cariño de la gente. Es un campo que impone respeto y eso nos puede beneficiar. Va a ser un día especial para el amante del fútbol, un día único, y necesitamos implantar nuestra filosofía, la que nos ha llevado al éxito», expone Sergio Ramos en modo capitán . «Hay que agradecer a la gente el esfuerzo que hace para estar en un partido como éste. No solo a los que van al campo, hay que hacer partícipes a los que están en casa. Y agradecer ese esfuerzo desde el campo para hacer un escenario único. Que Italia note la marea roja y nuestro calor», aportó. Sin embargo, si se busca emocionar o abrazarse a lo intangible, Italia encuentra una excusa fantástica para creer con su regreso al Bernabéu, en donde se abrazó en 1982 a su tercer Mundial. No pisa el césped madrileño desde aquella vez, inolvidable la carrera de Tardelli en el 3-1 contra Alemania. Paolo Rossi y Alessandro Altobelli redondearon la fiesta.

La épica, sin embargo, queda aparcada para hablar de fútbol, que es con lo que se gana y que abunda en esta España de contrastes. Está a mitad de camino entre lo que fue y lo que quiere ser, mezclando veteranía con juventud, y es más que probable que esta noche regrese al pasado con el viejo dibujo del «falso nueve». Según lo ensayado a lo largo de la semana, todo parece indicar que ni Álvaro Morata ni David Villa saldrán de inicio , siendo David Silva , Isco y Marco Asensio los responsables de finalizar el rombo. De este último, de Asensio, hay mil frases para rescatar porque su inicio de curso con el Real Madrid está siendo estupendo y hasta Iniesta , incuestionable su gusto por la pelota, encumbra al balear. «Es diferente y es una alegría que un jugador como él, siendo tan joven, tenga esa importancia».

Queda la duda del delantero, pero España busca su estrella a partir de lo que se ha hecho durante el viaje. «No ha habido un excesivo secretismo durante la semana, no ha sido así aunque pueda parecer lo contrario. Hemos intentado ser normales y no hay grandes sorpresas en nuestro equipo. Somos previsibles, y queremos serlo. Tenemos nuestras virtudes y hay que aprovecharlas hasta el final », remarca Lopetegui, empeñado en acercarse a la perfección. En Italia, la baja de Chiellini altera por completo los planes de Ventura en defensa.

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