La carta a Muller
1. Sirvió para demostrarte que ni contra un equipo tan pobre como el nuestro pudiste marcar un gol.
2. Sirvió para dejarle claro a tus entrenadores (e incluso Beckenbauer y Rummenigge) que el fútbol no les pertenece a ellos, sino a aquellos que lo aman, entre los cuales, les guste o no, estamos incluidos.
3. Sirvió para recordarle a cientos de periodistas de todo Europa que aún hay chicos que siguen sus sueños.
4. Sirvió para confirmar que los alemanes nunca cambiarán y que la historia ha enseñado que el 'bullying' no siempre garantiza la victoria.
5. Sirvió para mostrarle a los 200 chicos en San Marino que juegan fútbol que sus entrenadores tienen razón cuando les dicen que trabajen al máximo. Quien sabe, quizá algún día su sacrificio será recompensando con un partido contra los campeones del mundo.
6. Sirvió a tu Federación (y también a la nuestra) para recolectar dinero en derechos de imagen con el que, además de pagarte, pueden construir canchas para las niños de tu propio país, escuelas y hacer estadios de fútbol más seguros... Te contaré un secreto: nuestra federación está construyendo un nuevo campo de fútbol en una villa llamada Acquaviva. Tú la podrías constuir con seis meses de tu salario, nosotros lo haremos con los derechos de 90 minutos de partido. No está mal, ¿verdad?
7. Sirvió para que un país, que es tan grande como tu campo en Munich, apareciera en los medios por una buena razón, porque un partido de fútbol siempre es una buena razón.
8. Sirvió para que tu amigo Gnbary iniciara con su equipo nacional y marcara tres goles. Ahora puede pedirle al Werder Breman renovar su contrato con el doble de lo que ganaba hasta ahora.
9. Sirvió para que algunos sanmarineses se alegraran un poco al recordar que tenemos un verdadero equipo nacional.
10. Sirvió para darme cuenta de que, aunque lleves uno de los kits de Adidas más bonitos, siempre serás el que se pone calcetines blancos con las chanclas.
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