En ocasiones, durante un partido de fútbol suceden fallos realmente difíciles de explicar . Y uno de ellos ocurría en la cuarta división serbia, en la que un jugador, después de regatear al guardameta y quedarse solo ante la portería, no fue capaz de meter el balón en la red. Sin oposición de ningún rival y prácticamente sobre la misma línea de gol , el futbolista, que se llevaba las manos a la cabeza después de su error, mandaba la pelota por encima del larguero. Una acción que sus compañeros tampoco se podían creer.
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