Gerard Piqué, a su llegada a León
Gerard Piqué, a su llegada a León - EFE

España-LiechtensteinPiqué, un español más en León

La afición recibe con normalidad y aplausos al central del Barcelona después de la incómoda bronca del junio de 2015

LEÓN Actualizado: Guardar
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En León empezó todo, justo después de, precisamente, aquel burlesco «contigo empezó todo» de Gerard Piqué en los festejos por el título de Liga de Barcelona. Apuntó al Real Madrid rescatando la figura de Kevin Roldán y la fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo, entendido el suceso como el principio del fin del conjunto blanco en el torneo doméstico. Se entendió la broma de Piqué como una ofensa y el conflicto llegó hasta la selección española, un equipo de equipos. En función del escudo se anima más a uno que a otro y en León, el 11 de junio de 2015, se vivió uno de los momentos más desagradables con la monumental bronca. Sí, ahí empezó todo.

España vuelve ahora a León con otro ambiente, mucho más calmado el cielo, o al menos eso se percibe en apariencia.

El domingo, a la llegada del equipo a la estación, Gerard Piqué puso pie en tierra acompañado por Julen Lopetegui, amena la charla entre el nuevo seleccionador y el central azulgrana. Y, ante el clamor, el primero en atender al gentío fue el propio Piqué, que regaló firmas y saludos mientras el resto desfilaba al autocar. Y más de lo mismo cuando la expedición llegó al hotel. Las cosas han cambiado.

Tampoco durante el entrenamiento vespertino hubo incidencias. Piqué trabajó como uno más, tranquilo y feliz porque la grada ya no se ceba con él. Eso sí, fiel a su estilo quiso llamar la atención siendo el último en saltar al césped del Reino de León, generando el ruido mediático necesario y con algún pito aislado que se silenciaba con los aplausos y con los gritos de «¡Piqué, Piqué!»

Después de aquel capítulo, se convirtió en una tendencia abuchear al defensa en todos los campos españoles a los que viajaba el equipo, generando un ambiente incómodo para todos. Pero en la Eurocopa, y después de ese tanto decisivo en el estreno ante la República Checa, la grada de Toulouse se entregó al futbolista del Barcelona. Los enemigos dejan de serlo cuando dan alegrías y Piqué pasó a ser uno de los más queridos durante la travesía francesa. Cuestión de intereses.

Ahora Piqué se mueve con normalidad vistiendo de rojo, arropado por el grupo y con el cariño de la grada. Incluso en el Reino de León, tan agitado hace un año y tan conciliador en esta nueva era. «No hay que mirar al pasado. Hemos tenido una fantástica acogida y estoy seguro de que la vamos a tener en el entrenamiento y en el partido. Seguro que la afición va a estar a la altura», comentó Julen Lopetegui.

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