Liga francesa

Las claves de la racha arrolladora del PSG

A menos de un mes de su visita al Real Madrid, los de Emery aplastan sin misericordia a todos sus rivales

Alejandro Díaz-Agero

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Empieza a ser difícil diferenciar entre el Neymar que reparte caños en los entrenamientos como si jugase en las calles de Mogi das Cruzes y el Neymar que gambetea desde el centro del campo hasta hacer gol tras un disparo casi desidioso. El brasileño es la cabeza del león que es este Paris Saint-Germain que devora presa tras presa sin atisbo de empacho pero tampoco de esfuerzo, empeñado en hacer de la temporada un camino tan liso como consiga allanar la apisonadora en que se han erigido.

El pasado miércoles fue el decimoprimer clasificado de la Ligue 1, el Dijon, el que recibió la enésima muestra de poderío desmesurado del cuadro que encabeza Unai Emery , protagonista inevitable por el cargo que ocupa pero que desfila de puntillas por la trastienda, opacado por las grandes estrellas atacantes que han hecho que todas las miradas estén hoy puestas en la capital francesa. El 8-0 con el que el Paris Saint Germain solventó esta vigesimoprimera jornada del campeonato galo, la segunda mayor goleada de la historia del club, sirvió también para que rompieran la barrera de los 100 goles en la campaña en curso.

Tal es la fuerza con que resuenan las cifras que ponderarlas como corresponde se antoja complicado si no se echa mano de una vara de medir. Sirva la del Real Madrid, su rival en los octavos de Champions League, para constatar su grandilocuencia: solo Neymar, Cavani y Mbappé suman más goles en liga (44) que toda la plantilla blanca (32).

El miércoles el ex del Barcelona solventó la papeleta con un póker exuberante, culminado con un penalti que no dejó tirar al delantero uruguayo, irremplazable ídolo del graderío del Parque de los Príncipes que acababa de igualar a Ibrahimovic como máximo goleador de la entidad con 156 tantos . Son 20 las dianas que acumula el «9» del PSG, escoltado a la izquierda por el mentado Neymar, con 15 goles –más 12 asistencias– en sólo 15 partidos disputados –tal es la altura a la que levita sobre la Ligue 1 que se permite escoger cuando el partido merece su concurso–, y el aún emergente Mbappé en la diestra, con 9.

Estrellas secundarias

Quién sabe si por la cabeza de unos jugadores que se saben por encima del campeonato que ya tienen apuntalado –lo cual no debe desdeñarse: el año pasado el Mónaco salió campeón frente a otro PSG de relumbrón– con 11 puntos de margen sobre el segundo clasificado, el Olympique de Lyon, pasa a diario el Madrid, la prueba definitiva que dictaminará la dimensión de un equipo llamado a marcar época, construido con los millones del omnipotente Nasser Al-Khelaifi. Derribadas de un soplido todas las barreras que existían en materia de fichajes, las expectativas son tan irreales como la dimensión de un proyecto herido de gravedad tras la debacle del año pasado en el Camp Nou, hasta el punto de que quizás sea el único elenco del planeta donde todo lo que no sea levantar una Copa de Europa podría considerarse un fracaso injustificable.

Una de las claves para que el líder de la liga francesa corrobore su condición jornada a jornada a golpe de paliza es el plan de rotaciones que ha impuesto Emery, probablemente uno de sus mayores logros al frente de los parisinos. El ex del Sevilla ha sabido conjugar los egos más nutridos del vestuario con el ímpetu de estrellas con rol secundario como Di María, Draxler o Pastore , jugadores que serían piezas angulares en cualquier conjunto de octavos de la Champions pero que en París ceden el timón a Neymar, indiscutible tótem del equipo.

Establecida la alternancia en el día a día doméstico, el once llamado a concursar en las noches de enjundia como la del próximo 14 de febrero en el Bernabéu es cristalino, con la salvedad de saber quién ocupará el mediocentro. En los últimos partidos ha tenido voz el joven Lo Celso, mediapunta reconvertido, pero si la salud de Motta lo permite podría partir con ventaja para ser la pieza central en la sala de máquinas y contribuir a sellar un equipo entregado a la voluntad de su tripleta atacante. El domingo, en la cancha del Lyon, tendrán su última prueba de altura antes de la Champions.

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