El Barça, líder gracias a los últimos minutos

Con el cadáver del PSG aún caliente, Gerard Piqué se sinceraba con Rakitic y Luis Suárez sobre el césped del Camp Nou: «Esta es la más gorda que hemos hecho», les dijo. Aunque en efecto se trata de la remontada más inesperada de los últimos tiempos (por el escenario, la competición y la cifra de goles), no es ni mucho menos la última. La misma fe que les ha llevado a cuartos de la Champions es la misma que les mantiene vivos en Liga, donde son el segundo equipo que más puntos sobre la bocina ha sacado este curso.

La remontada ante el PSG es para muchos una goleada fundacional, una victoria que le quita al Real Madrid el patrimonio exclusivo de la épica.

En este Barça autogestionado, en el que ya saben que Luis Enrique no seguirá, la victoria «in extremis» se ha normalizado. Lo que antes era un remedio circunstancial hoy es algo corriente.

De todos los equipos de la Liga, el Barça es el que más resultados ha «corregido» a partir del minuto 86. En lo que va de competición, el equipo de Luis Enrique ha rescatado seis puntos en los mal llamados «minutos de la basura». Los dos primeros se los quitó Messi al Valencia con un gol de penalti que puso el 2-3 en el marcador. El argentino adelantó a su equipo, luego remontó el Valencia con goles de Munir y Rodrigo, y acto seguido empató Luis Suárez. Cuando el partido agonizaba, un penalti de Abdennour permitió a Messi darle la victoria al Barça. De aquella victoria sufrida se recuerda la celebración del argentino y la botella que cayó sobre la piña culé.

Ya en 2017, durante la primera jornada tras el parón navideño, Messi rescató un nuevo punto en casa del Villarreal con un zurdazo de falta en el minuto 90. Otro estadio difícil y otro balón parado ejecutado por el «10» les permitió seguir adelante. Solo tres jornadas después, Luis Suárez salvó otro punto en el campo del Betis, aunque aquel partido se llevó las portadas por un gol fantasma no concedido al Barça.

El don de la oportunidad

En su persecución sobre el Real Madrid, Leo Messi ha jugado un papel crucial. Además de su puntualidad de cara a gol, el argentino tiene el don de la oportunidad. Es el que más marca pero también el que más puntos consigue gracias a sus goles. En la jornada 23, en su partido en casa contra el Leganés, Messi abrió el marcador nada más comenzar. Con el paso de los minutos el Barça se dejó llevar, Unai López empató en el 71 y Messi apareció de nuevo en el 90 para marcar de penalti otro gol decisivo.

Solo siete días después, el Barcelona acudió al Vicente Calderón. Enfrente había un rival impermeable, un césped crecidito y muchas dudas en torno al juego del equipo. Volvió a repetirse el guion. Rafinha adelantó al equipo en el 64, Godín empató en el 71 y Messi apareció en el 86 para sumar dos puntos con los que ya casi no contaban. En esas dos jornadas críticas, el Madrid venció al Español y al Villarreal, por lo que un tropiezo azulgrana (o dos, como en este caso) les habría alejado de la cabeza.

Hasta esa fecha, los goles de Messi le habían dado a su equipo 12 puntos, más que ningún otro jugador de la Liga. Además de ser el máximo goleador del campeonato, el argentino es el más oportuno de todos, pues a esos doce puntos hay que sumar que haya abierto el marcador ante Sporting ( 6-1) y Celta ( 5-0) en las dos últimas jornadas de Liga.

Cambio de líder

¿Cómo estaría la competición sin esos goles a última hora? Para empezar habría un cambio de líder. Sin su acierto en los últimos minutos, el Barça caería hasta la segunda posición y estaría dos puntos por debajo del Real Madrid, que aún tendría en el partido aplazado contra el Celta una oportunidad para ampliar su ventaja. El equipo de Zidane, al que atribuyen fortuna en finales apretados, solo ha obtenido tres puntos a partir del minuto 86. Sergio Ramos rescató de cabeza un punto en la visita de los blancos al Camp Nou y dos ante el Deportivo en el Bernabéu, siete días después, aunque el mayor bajón de la temporada lo tuvieron los de Zidane tras caer en el último instante con el Sevilla en el Pizjuán. El gol de Jovetic en el 92 ponía fin a una racha de 40 partidos seguidos sin perder y desestabilizó la casa blanca. Tanto que pocas semanas después fueron eliminados de la Copa del Rey a manos del Celta.

Precisamente el gran beneficiado de los goles sobre la bocina es el mismo Sevilla que frenó al Madrid y que tanto está gustando en lo que va de Liga. El conjunto de Jorge Sampaoli ha sumado diez puntos gracias a los goles postreros y suyas son las principales remontadas del año: las que consiguió ante Las Palmas en el Pizjuán (perdía 0-1 en el minuto 88 y acabó ganando por 2-1) y ante el Deportivo en Riazor (perdía 2-1 en el 86 y acabó ganando por 2-3). Sin esos diez puntos «in extremis» el Sevilla estaría quinto, muy lejos del liderato que hoy le disputa a Barça y Madrid.

Por el contrario, el gran damnificado por los goles postreros es el Valencia, que se ha dejado cinco puntos muy valiosos a partir del minuto 86. El equipo dirigido por Voro ha mostrado en los últimos minutos la misma irregularidad que en otros aspectos de su juego esta temporada.