Aritz Aduriz
Aritz Aduriz - EFE

Real Madrid-AthleticAduriz, el goleador que desafía al tiempo

Con 35 años recién cumplidos va camino de firmar su mejor campaña y reclama la atención de Del Bosque a base de tantos

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Como el protagonista de la película «El curioso caso de Benjamin Button», cada año que pasa Aritz Aduriz (San Sebastián, 1981) da la impresión de ser más joven. «Tiene 35 años (cumplidos el pasado jueves), pero no lo parece», admitía ayer Zinedine Zidane, técnico madridista. A una edad en la que muchos futbolistas, si no se han retirado, sacan billete para Estados Unidos o Qatar, el «20» del Athletic acumula 25 goles en toda la temporada -13 en Liga-, dispuesto a pulverizar sus mejores registros. Su olfato goleador, lejos de menguar, aumenta con la edad. Un caso atípico de alguien que quiere estrenarse esta tarde en el Bernabéu.

Producto, coinciden todos aquellos que le conocen bien consultados por ABC, de su carácter extremadamente profesional y su esmero por cuidar su cuerpo.

«Es un privilegiado», relata Iñigo Vélez, con el que coincidió en su primera aventura profesional, en el Aurrera de Vitoria. Aduriz tenía entonces 18 años, pero su buen amigo, con el que más tarde compartió caseta en el Athletic, recuerda que tuvieron que pasar un duro reconocimiento médico que registraba variables como velocidad y resistencia. Sus resultados rozaban la perfección. «Era un cañón, físicamente espectacular. Como ahora, pero con 15 años menos».

Recién salido de casa, del Antiguoko de San Sebastián (vivero que ha alumbrado a jugadores como Xabi Alonso y Agirretxe), Aduriz se fogueó en el Aurrera en tres categorías: juvenil, Tercera y Segunda B, donde se acabó asentando. «En Tercera metió un gol elevándose entre los dos centrales, a la altura del punto de penalti, de cabeza, impresionante, y como consecuencia de aquello le abrieron la oreja. ¡A pesar de tener la oreja abierta quería seguir jugando!», evoca Chemi Corres, secretario del club vitoriano. «Lo recuerdo con el mismo ímpetu, un as en el juego aéreo. Y ahora vive una segunda juventud».

Mejor que nunca

Vélez y Corres están de acuerdo: el mejor Aduriz ha llegado cumplidos los 30, curtido tras un «periplo» que le permitió, a la tercera intentona, consolidarse en el Athletic. El goleador, que sueña con jugar este verano la Eurocopa, se labró un nombre defendiendo camisetas como la del Burgos. Su delegado, Carmelo Ortega, habla de él como de un hijo. «Cuando se fue al Valladolid, se me cayó una piedra encima. Todo el mundo lo quería. Era muy formal, un profesional que vivía para jugar». Años después se reencontraron en Bilbao, adonde los burgaleses habían viajado para jugar contra el filial rojiblanco. «Se bajó del bus a saludar. A voces: “¡Melo, Melo!”. No se me va de la cabeza».

José León, utillero del Mallorca, cuenta que, en una época en la que Aduriz estaba «en dique seco», le escondió una moneda japonesa en una bota «sin decirle nada. Hizo uno o dos goles. Y en el siguiente volvió a marcar». Hoy al pichichi del Athletic no le hacen falta talismanes. Cada vela que sopla parece restar un año al calendario. Cual Benjamin Button.

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