Vicente del Bosque, durante la concentración de España
Vicente del Bosque, durante la concentración de España - jaime garcía
España-LUxemburgo

La Cábala y Del Bosque

El seleccionador tiene que hacer un equipo. Hasta ahora no lo ha hecho. Ha obrado con suma cautela, con cierta inteligencia

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Los poetas Wordsworth, Shelley, Keats, y alguno de ellos excelso visionario, Blake por ejemplo buen conocedor de la fascinante Cábala judia, mostraron en su obra un deseo central: hallar un final digno en la existencia humana misma. Y el norteamericano Wallace Stevens, ya en el siglo XX les contestó: «Y más allá de lo que se ve y se oye y más allá/De aquello que sentimos, quién habría imaginado hacer/Tantos sí mismos». No otro propósito alberga, es de suponer, a Del Bosque. Llegar a Francia con aspiraciones de optar al título. O mejor de renovarlo. Una selección es, también, como advertía el poeta Stevens, «tantos sí mismos». A veces, demasiados. Y quien los elige y dirige debe enfundarse el, a menudo, molesto mono de trabajo: unos entran y otros salen.

Del Bosque tiene que hacer un equipo. Hasta ahora no lo ha hecho. Ha obrado con suma cautela, y tal vez con cierta inteligencia, reponiendo las piezas que se iban cayendo del tablero. Pero nunca por iniciativa suya, sino impelido por la oscura necesidad del evidente agotamiento de éste o aquél seleccionado. Este manifiesto inmovilismo (que muchos tildarán de prudencia y otros de comodidad y falta de riesgo) le llevo a él, a la Selección y a millones de aficionados al inmenso y memorable ridículo del Mundial de Brasil. Parece que la lección está aprendida, incluso con nota.

Pongamos un ejemplo del partido de hoy en Las Gaunas (un trámite, pero que hay que ganarlo). En un principio, Alcacer era el candidato para la punta española. Algo ha ocurrido en el ínterin: entrevistas, artículos, comentarios y Del Bosque regresa al sentido común: Morata se perfila como titular. Viva el sentido común, que sigue siendo revolucionario no ya en la política española sino en diversos ámbitos de nuestra solanesca patria. Alcacer no es titular en el Valencia, como Nacho no lo es en el Madrid. Queda, para esta noche, otro asunto divertido, tres de los cuatro defensas son del Barcelona, el mismo equipo que lleva encajados, sólo en la Liga, nueve goles en siete partidos. Sí, «tantos sí mismos».

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