La noche en que el Celta fue el Barça

El Celta es un equipo incómodo, ganarle no es fácil y exige un gasto físico muy desagradable. Y además es un equipo generoso. Al Celta le gusta el fútbol y a mí me gusta el Celta, con su nervio y con su estilo, con su sed insaciable y su afán por hacerlo bonito.

El Barcelona salió con una camiseta de apoyo a Rafinha, gravemente lesionado. El Celta salió con una oportunidad clarísima, lamentablemente desaprovechada, y con una admirable lección de fútbol control de diez minutos, recuperando el balón sin que el rival pudiera dar más de dos pases, y acelerando el partido con un ritmo eléctrico. El Barcelona, desdibujado, no comparecía, y tenía la suerte de que los gallegos estaban poco finos en la culminación de sus ataques.

[Narración y estadísticas del Celta-Barcelona]

Como un relámpago entre la nada, don Andrés le puso a Messi y balón considerable pero Sergio muy atento pudo rechazar el disparo. Después el Barça volvió a su vulgaridad y tuvo suerte de que Undiano Mallenco interpretara como falta algunos robos de balón con apariencia de ser totalmente legales.

Sergi Roberto y Messi tejieron un contraataque interesante en el minuto trece, y al final Neymar obligó de nuevo a Sergio a lucirse. Piqué cerró un peligroso chut de Nolito en la jugada siguiente.

Sobre el minuto 20 el Barça empezó a controlar el partido, sin demasiada gracia y con menos elegancia, y un Messi de brocha gorda intentaba lo que todos sabían que iba a hacer, de modo que era fácil pararle. Cuando un genio está torpe parece que la Humanidad entera retroceda.

Busquets vio la primera amarilla en el 23, y yo, que estaba con Carlos Herrera en León para hacer el programa de hoy desde la nueva estación del AVE, justo ingresaba en ese sopor que de un modo tan inapelable confieren los pueblos del interior, cuando Nolito rompió la tarde con un gol sensacional, de una delicadeza de genio. Pero sin quitarle el mérito concreto al delantero, hay que consignar que Ter Stegen pudo hacer algo más. Este chico va por el camino de engordar la larga lista de buenos porteros que no tuvieron suerte en el Barça.

Y en otra pelota perdida de Piqué, Iago Aspas, en carrera memorable, se plantó frente a Ter Stegen para colocarle una formidable vaselina de la que en absoluto se puede culpar al portero. Hay que dejarlo claro, aunque sólo sea por la rareza del evento.

El Celta andaba suelto y Nolito todavía más. Da gusto ver jugar a un equipo que no se cierra ni ganando, y que siempre quiere más. El Barça perdía en la guerra de guerrillas de los marcajes individuales.

Neymar y Messi lo intentaban a cámara lenta y a toda velocidad, pero sin encontrar espacios. El Celta atacaba con pasión y se defendía ordenado. El Barça cerró sin marcar otra primera parte.

Tras el descanso, el Barcelona salió con más ganas y el Celta más cansado. Pero las imprecisiones de los blaugrana alejaban la esperanza. Iago Aspas tuvo el tercero pero chutó demasiado cruzado. Inmediatamente después, Iniesta y Neymar le pusieron un magnífico balón a Messi que acabó en el poste. Fue una bella jugada. Piqué remató de cabeza y alto un centro de Messi. Y sin solución de continuidad Sergio sacó un potente disparo también de Messi.

Y cuando parecía que el Barça intentaba tomar posesión del partido, un Nolito memorable le puso un balón largo a Iago Aspas, que en otra de sus maratones llegó al área de Ter Stegen para batirle y colocar el 3 a 0 en el marcador. Nolito y Aspas, sociedad brillante.

Sergio continuaba con su actuación sobresaliente, también a costa de un disparo de Munir, que acababa de entrar por Sergio Roberto. Y al cabo de cinco minutos, en el 18, rechazó un disparo de Neymar a bocajarro. Fantástico Sergio. Fantástico.

Neymar en el 34 marcó el primer gol del Barça y Messi casi consigue el segundo en la siguiente jugada. Pero quien volvió a marcar fue el Celta, Guidetti mediante.

El Celta fue el mejor Barça y el Barça no compareció. La goleada pudo ser más grave. Mi equipo perdió pero ver jugar al Celta fue un regalo.