Mourinho da instrucciones a Casillas
Mourinho da instrucciones a Casillas - EPA
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El gran morbo del sorteo, el reencuentro de Mourinho y Casillas

El azar empareja al Chelsea del ex entrenador madridista con el Oporto del portero al que defenestró en el Bernabéu

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El destino ha sido muy caprichoso al emparejar al Chelsea con el Oporto en el grupo G de la fase de clasificación de la Champions League. José Mourinho volverá a la que fue su casa para enfrentarse al actual equipo de su odiado Íker Casillas.

Morbo más que asegurado. ¿Se saludarán en el túnel de vestuarios después de sus numerosas discusiones en el vestuario del Real Madrid? ¿Se reproducirá el sarcasmo punzante del entrenador portugués hacia el portero de la selección española?

El tiempo lo dirá. Y no tardará mucho en hacerlo porque el balón echará a rodar el próximo 15 de septiembre en la apasionante competición máxima del fútbol europeo, donde el Benfica lisboeta se medirá al Atlético de Madrid

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Sólo ha transcurrido un mes desde que el arrogante preparador criticase el «astronómico sueldo» de Casillas en el club luso: 2,5 millones de euros netos por parte del Oporto, más los cuatro que suma en virtud de su acuerdo con Florentino Pérez.

«Mi país tiene problemas sociales, políticos, económicos y gente que sufre mucho. Hay muchos recortes de salarios, gente en el paro, los mayores tienen problemas con las jubilaciones, los impuestos están más altos», declaró ‘The Special One’ para ilustrar que le parece inadecuado su traspaso en esos términos al bicampeón de Europa (precisamente, bajo su mandato llegó el segundo entorchado, ante el Mónaco de Morientes en 2004).

Un capítulo más en su guerra particular, acreditada por los comentarios que dejó caer, por ejemplo, Ricardo Carvalho, quien reconoció que había sido testigo de unos cuantos choques verbales entre Mourinho y Casillas.

Y es que nunca le perdonó su buena relación con Xavi cuando los partidos contra el Barcelona echaban chispas con él y Guardiola en los banquillos. Así que a nadie le extrañó que lo condenara al ostracismo al caer lesionado para depositar su confianza en Diego López.

Las imágenes de Íker desesperado en el banquillo dieron la vuelta al mundo, y ahí se fraguó su calvario en el Bernabéu ya que el técnico luso logró su objetivo: dividir al ‘madridismo’ y ponerle en la tesitura de decidir entre uno y otro.

Incluso cuando el ex entrenador del Inter dejó la ‘Casa Blanca’ continuaron los pitos hacia el guardameta, que acabó por marcharse para recalar en el Oporto que dirige su amigo Julen Lopetegui.

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