El Estadio Nacional de Chile albergará el partido inaugural
El Estadio Nacional de Chile albergará el partido inaugural - efe
Copa América

La Copa América de las estrellas y la corrupción

Hoy arranca en Chile el torneo con un cartel de lujo y una ola de escándalos en la Federación Suramericana de fútbol

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Esta madrugada, 01.30 (hora peninsular, Canal+ Liga) en el Estadio Nacional de Santiago echa a rodar la «Cachaña», el balón de la Copa América 2015, en la que será la edición número cuarenta y cuatro del torneo de selecciones más antiguo del mundo. El país anfitrión, Chile, y una de las posibles sorpresas, Ecuador, serán los protagonistas del partido inaugural en un campeonato marcado por la presencia de todos los grandes jugadores del Cono Sur (salvo la obligada ausencia de Luis Suárez, cuyo castigo de la FIFA aún perdura) y por los escándalos de corrupción que salpican a la gran mayoría de los presidentes de la Confederación Suramericana de Fútbol (CONMEBOL), tras la investigación del FBI sobre la FIFA que ha provocado varias detenciones y la dimisión de su presidente, Joseph Blatter.

Los numerosos casos de corrupción que atosigan a los gerifaltes del América del Sur no son los únicos que sobrevolarán Chile en las próximas tres semanas. El propio país organizador vive su momento más delicado desde que en 1990 se pusiera fin al Régimen de Pinochet y la democracia viera la luz de nuevo. Michelle Bachelet desayuna un día sí y otro también con un nuevo disgusto en forma de escándalo delictivo del que no se libra nadie: desde las grandes empresas nacionales hasta la familia presidencial pasando por altos cargos políticos y del gobierno y ejecutivos y economistas de renombre. La situación en Chile es «crítica», como la propia presidenta ha reconocido en más de una ocasión.

Pero como el fútbol es un huracán que arrasa con todo, como ya quedó demostrado en el pasado Mundial de Brasil a pesar de las revueltas sociales contra Dilma Rousseff, la Copa América llega para apaciguar a las masas y echar a volar los sueños de millones de hinchas que anhelan con ver a su país levantando el próximo cuatro de julio en Santiago de Chile la «Copa Murature», apelativo por el que antiguamente era conocido el trofeo que se le otorga a la selección ganadora.

Todos contra Messi

A priori, Argentina parte como el rival a batir. Tras superar un bache que ya duraba dos largos años, el extraterrestre Messi llega al campeonato en el mejor momento de su carrera deportiva, con el segundo triplete de la historia del Barça a sus espaldas y con la decepción de Brasil aún muy fresca en su memoria. Cuando hablas con su entorno de la final contra Alemania ni siquiera dan tiempo a terminar el análisis: «Si el mano a mano de Leo contra Neuer nada más comenzar la segunda mitad va para adentro, hoy sería campeón del mundo». Esa espina es la motivación de Messi y la de toda Argentina, que acumula veintidos años sin ganar una Copa América y sabe que llega a Chile con la mejor selección del torneo, de largo. Quizás el mayor hándicap del torneo lo tiene la albiceleste en el calendario, que si sigue el guión previsto depararía una semifinal contra Brasil, que también tiene cuentas pendientes del Mundial por saldar.

La Colombia de James (y Falcao), la Uruguay de Cavani (y Godín), y la selección chilena de Aléxis Sánchez (y Vidal) completan la manita de aspirantes a un torneo que trae dos grandes novedades. Ni en los cuartos ni en las semifinales habrá prórrogas. Si el partido termina en empate se irá directamente a los lanzamientos de penalti. Solo en la final habría espacio para el tiempo extra. Y Jamaica, pondrá el toque exótico al torneo, en la que será su primera participación en una Copa América.

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